Sacerdote y Mártir.
Martirologio Romano: San Fidel de Sigmaringen,
presbítero y mártir, el cual, siendo abogado, decidió entrar en la Orden de los
Hermanos Menores Capuchinos, llevando una vida observante de vigilias y
oraciones. Asiduo en la predicación de la Palabra de Dios, fue enviado a la
región de Recia para consolidar la verdadera doctrina, y en Sevis, de Suiza,
fue martirizado por los herejes a causa de la fe católica (1622).
Etimológicamente: Fidel = Aquel que es digno de
confianza, es de origen latino.
Nació en Sigmaringen, Alemania, en 1577.
Tenía una inteligencia muy vivaz y fue enviado a estudiar
a la Universidad de Friburgo, donde obtuvo doctorado en ambos derechos, y luego
llegó a ser profesor muy estimado de filosofía y letras. Durante seis años fue
encargado de la educación de varios jóvenes de las familias principales de
Suabia (Alemania), a los cuales llevó por varios países de Europa para que
conocieran la cultura y el modo de ser de las diversas naciones. Sus alumnos se
quedaban admirados del continuo buen ejemplo de su profesor en el cual no
podían encontrar ni una palabra ni un acto que no fueran de buen ejemplo. Lo
que los otros gastaban en chucherías él lo gastaba en dar limosnas.
Como abogado, Fidel se dedicó a defender gratuitamente a
los pobres que no tenían con qué costearse un defensor. Su generosidad era tan
grande que la gente lo llamaba "El abogado de los pobres". Ya desde
muy joven renunciaba a conseguir y estrenar trajes nuevos y el dinero que con
eso ahorraba lo repartía entre las gentes más necesitadas. Jamás en su vida de
estudiante ni en sus años de profesional tomó licor, ni nadie lo vio en
reuniones mundanas o que ofrecieran peligro para la virtud. Sus compañeros de
abogacía se admiraban de que este sabio doctor nunca empleaba palabras
ofensivas en los pleitos que sostenía (y sus contrarios sí las usaban y muy
terribles).