Mostrando entradas con la etiqueta Unción de enfermos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Unción de enfermos. Mostrar todas las entradas

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Sacramento de la "Unción de enfermos"


Hoy, conmovido ante tanto sufrimiento, Cristo se deja tocar por los enfermos y asume sus dolores. Dios —como Dios— no puede padecer, pero el hombre tiene un valor tan grande para Él, que se hizo Hombre para "com-padecer". Así, redimiendo al hombre mediante el dolor, Jesús ha redimido el mismo dolor (le ha impreso un nuevo sentido): ahora el hombre puede unir sus sufrimientos al dolor salvador de Cristo-Redentor.

Con el sacramento de la "Unción de enfermos" la Iglesia reza por los enfermos y les ayuda a unirse al Señor sufriente. Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento, sino la capacidad de aceptar la tribulación y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito. Realmente, en cada pena humana ha entrado "Uno" que comparte el padecer y, desde ahí, se difunde en cada sufrimiento el consuelo de "tocar" el amor de Dios.

—Jesús, ayúdanos a crecer en humanidad siendo más capaces de sufrir por amor (¡sin quejarnos!).

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

Evangelio del Miércoles [02.09.2015]

Día litúrgico: Miércoles XXII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Lc 4,38-44): En aquel tiempo, saliendo de la sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo Él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.

Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde Él, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero Él les dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado». E iba predicando por las sinagogas de Judea.

Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España).

«Poniendo Él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando»

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Sacramento de la "Unción de enfermos"


Hoy, conmovido ante tanto sufrimiento, Cristo se deja tocar por los enfermos y asume sus dolores. Dios —como Dios— no puede padecer, pero el hombre tiene un valor tan grande para Él, que se hizo Hombre para "com-padecer". Así, redimiendo al hombre mediante el dolor, Jesús ha redimido el mismo dolor (le ha impreso un nuevo sentido): ahora el hombre puede unir sus sufrimientos al dolor salvador de Cristo-Redentor.

Con el sacramento de la "Unción de enfermos" la Iglesia reza por los enfermos y les ayuda a unirse al Señor sufriente. Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento, sino la capacidad de aceptar la tribulación y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito. Realmente, en cada pena humana ha entrado "Uno" que comparte el padecer y, desde ahí, se difunde en cada sufrimiento el consuelo de "tocar" el amor de Dios.

—Jesús, ayúdanos a crecer en humanidad siendo más capaces de sufrir por amor (¡sin quejarnos!).

martes, 8 de abril de 2014

Misa Crismal

Papa Francisco Misa Crismal 2013 - Foto: Agencia Reuters

Bendición de los Santos Óleos y Renovación de las Promesas Sacerdotales:

La Misa Crismal es aquella que celebra el obispo reunido con todo su Presbiterio. Esta celebración es una manifestación de la plenitud sacerdotal del Obispo y de la unión de todos sus sacerdotes con él. El signo de esta unión se expresa con la renovación que cada sacerdote hace de las promesas sacerdotales emitidas el día de su Ordenación.

- En esta Santa Misa, el Obispo, además, consagra el Santo Crisma, y bendice el óleo de los catecúmenos y de los enfermos.

- El Santo Crisma es el aceite usado en la liturgia de tres sacramentos: el Bautismo, la Confirmación, así como, la Ordenación Sacerdotal y Episcopal. La palabra “crisma”, de origen griego, quiere expresar que este aceite se usa para ungir, es decir, consagrar.

* En el Bautismo, el cristiano recibe su primera unción, por la que es consagrado a Dios a semejanza de Cristo, el verdadero ungido de Dios.

* Por la Confirmación, el fiel cristiano recibe su segunda unción. Por esta Unción, Cristo otorga los dones del Espíritu Santo, y el confirmado renueva su adhesión a la fe cristiana, su vínculo con la Iglesia y su compromiso de difundir y defender la fe.

* La tercera unción está destinada para los que van a ser consagrados sacerdotes y obispos.- La intención de la Iglesia al imponer el óleo de los enfermos es ayudar al enfermo en sus dolencias del alma y del cuerpo, soportar y vencer con fortaleza la enfermedad y conseguir el perdón de los pecados. Con este óleo, el Espíritu Santo vivifica y transforma nuestra enfermedad y nuestra muerte en sacrificio salvador como el de Jesús.