“Ya no somos esclavos del pecado, Dios nos ha enviado a su
único hijo para que sea nuestro salvador”, fueron las palabras de ánimo y
reflexión que ofreció Monseñor Javier Del Río Alba, Arzobispo de Arequipa, a
los más de 800 fieles reunidos en la Basílica Catedral de la Ciudad Blanca, el
1 de enero, en la celebración de la Misa de Año Nuevo, en el marco de la
Solemnidad de Santa María Madre de Dios y la Jornada Mundial de Oración por la
Paz.
“En mi oración, he pedido que Dios derrame sus gracias
este nuevo año en todos nosotros, pero en especial he pedido para que podamos
recogernos como niños ante el pesebre y podamos constatar en nuestra vida
cotidiana el cumplimiento de las promesas del Señor”, manifestó el Prelado en
su homilía.