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domingo, 1 de mayo de 2016

Evangelio del Domingo [01.05.2016]

Día litúrgico: Domingo VI (C) de Pascua


Texto del Evangelio (Jn 14,23-29): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado. Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis».

Comentario: Rev. D. Francesc CATARINEU i Vilageliu (Sabadell, Barcelona, España).

«Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él»

martes, 12 de mayo de 2015

El "envío" del Espíritu Santo es fruto de la Pasión


Hoy seguimos sumidos en el sermón de la Última Cena, durante el cual Jesucristo mencionó tres veces al Espíritu Santo, el Consolador. Ahora anuncia a los Apóstoles que el fruto de su "marcharse" de este mundo será el envío del Paráclito.

En Dios existe un "Yo" y un "Tú": existe el Hijo que habla con el Padre; y ambos son uno en el Espíritu, que es, por decirlo así, la atmósfera del dar y del amar que hace de ellos un único Dios. A través de Jesús penetra nuestra mirada en la intimidad de Dios: con Él, Dios salió también de su intimidad y vino a nuestro encuentro. Esto se realiza, ante todo, en su vida, pasión, muerte y resurrección; en su palabra. Pero Jesús no se contenta con salir hacia nosotros. ¡Quiere más!: quiere unificación.

—Jesús muere y resucita, y ahora ya no se encuentra en un lugar determinado, sino que su Espíritu es enviado y entra en nuestro corazón, uniéndonos así con Dios Uno y Trino.


Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).