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viernes, 6 de abril de 2012

Viernes Santo: Meditación


Una breve introducción para comprender mejor el sentido de este día en la Semana Mayor

Viernes Santo: Dios se ha hecho débil, hasta morir

La muerte de una persona siempre es un misterio incomprensible. A medida que se va sumergiendo en las aguas del mar de la muerte, su experiencia se va haciendo más impenetrable: ¿qué siente? ¿qué sufre? ¿que piensa? ¿cuánto pasa? El misterio es mayor en la muerte de Cristo. Imposible penetrar en su hondura.

El Dios del Antiguo Testamento es un Dios grande, poderoso, vencedor de sus enemigos. Es el Dios del Sinaí, que viene acompañado de rayos y truenos, que se manifiesta en la zarza ardiente, y en el monte humeante. El Dios que arranca los cedros de raiz, que se sienta sobre el aguacero. El Dios de las plagas de Egipto, que mata a los primogénitos del país, el Dios que separa las aguas del mar Rojo. El Dios que hace caer serpientes en el desierto, el Dios que hace brotar agua de la roca.

Pero he ahí que el Dios que los judíos nunca pudieron comprender que tuviera un Hijo, Jesús, es un Dios débil y humillado, anonadado. Vendido por Judas, negado por Pedro, juzgado por el sanedrín, por Herodes y por Pilato. Condenado a muerte, escarnecido en la Cruz, insultado por los ladrones y por los Sumos Sacerdotes: “Si eres hijo de Dios, sálvate y baja de la Cruz” (Mt 27,40). Movían la cabeza. No se puede salvar. Jesús callaba. Dios muere. Su muerte no es una muerte heroica y grande, sino humillante y dolorosa.

La inspiración del poeta ha intuido la inmensa e infinita angustia del hombre Jesús:

domingo, 1 de abril de 2012

BVXI: Homilía de la Semana Mayor del Año



Texto y audio completo de la homilía del Santo Padre (Escuchar audio).

¡Queridos hermanos y hermanas!

El Domingo de Ramos es el gran pórtico que nos lleva a la Semana Santa, la semana en la que el Señor Jesús se dirige hacia la culminación de su vida terrena. Él va a Jerusalén para cumplir las Escrituras y para ser colgado en la cruz, el trono desde el cual reinará por los siglos, atrayendo a sí a la humanidad de todos los tiempos y ofrecer a todos el don de la redención. Sabemos por los evangelios que Jesús se había encaminado hacia Jerusalén con los doce, y que poco a poco se había ido sumado a ellos una multitud creciente de peregrinos. San Marcos nos dice que ya al salir de Jericó había una «gran muchedumbre» que seguía a Jesús (cf. 10,46).

sábado, 31 de marzo de 2012

Preludio de la Resurrección



30-03-2012 Radio Vaticana

(RV).- La Semana Santa 2012 con Benedicto XVI. El Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias publica una nota, sobre cada uno de los días de esta Semana Mayor, empezando por el próximo 1 de abril: Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, en que el Papa presidirá, en la Plaza de San Pedro, la Santa Misa a las nueve y media de la mañana, después de la procesión –conmemorando la entrada de Jesús en Jerusalén– y luego dirigirá el rezo a la Madre de Dios.

«El Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor aúna el triunfo de Cristo –aclamado como Mesías por los habitantes de Jerusalén y en este día, en el rito de la procesión de ramos, por los cristianos– con el anuncio de la Pasión y con la proclamación en forma de canto de la narración evangélica en la Misa», escribe Mons. Guido Marini, explicando que «los ramos de olivo y de palma son el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor que va hacia la muerte por la salvación de todos los hombres».

Es también la Jornada Mundial de la Juventud, en la que los jóvenes de la Diócesis de Roma se unen a su Obispo, el Papa, recuerda Mons. Marini. Por este motivo, en esta circunstancia concelebran con el Santo Padre: el Card. Vallini y Mons. Paolo Schiavon –en representación del Vicariato de Roma–, el Card. Rylko y Mons. Clemens –en representación del Pontificio Consejo para los Laicos–; el Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo de Madrid, y el obispo auxiliar, Mons. César Franco –en representación de la Diócesis de la capital española–; así como Mons. Morani Joao Tempesta, Arzobispo de Río de Janeiro –sede de la próxima JMJ 2013– y dos obispos auxiliares de la misma.

Los Cardenales diáconos que asisten al Santo Padre son Manuel Monteiro de Castro y Antonio María Veglió. Además de la Capilla Sixtina está presente el coro de la Diócesis de Roma, dirigido por Mons. Marco Frisina. El adorno de los olivos ha sido ofrecido por la región italiana de Pulla; también de Italia son los tradicionales ‘palmurelli’ –es decir– las palmas trenzadas, que llegan de San Remo; los ramos de olivo son ofrecidos por las Villas Pontificias de Castel Gandolfo y el Camino Neo Catecumenal ofrece las palmas utilizadas en la procesión.

(CdM-RV)