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domingo, 29 de abril de 2012

Misa con Ordenaciones Presbiterales en San Pedro [29.04.2012]



Venerados hermanos,
queridos Ordenandos, queridos hermanos y hermanas!

La tradición romana de celebrar las Ordenaciones sacerdotales en este IV Domingo de Pascua, el domingo “del buen pastor”, contiene una gran riqueza de significado, ligada a la convergencia entre la Palabra de Dios, el Rito litúrgico y el Tiempo pascual en el que se coloca. En particular, la figura del pastor, tan relevante en la Sagrada Escritura y naturalmente muy importante para la definición del sacerdote, adquiere su plena verdad y claridad sobre el rostro de Cristo, a la luz del Misterio de su muerte y resurrección. De esta riqueza también ustedes, queridos Ordenandos, pueden siempre sacar -cada día de su vida- y así su sacerdocio será continuamente renovado.

Este año el fragmento evangélico es aquel central en el capítulo 10 de Juan, que inicia propiamente con la afirmación de Jesús: “Yo soy el buen pastor”, a lo que inmediatamente sigue la primera característica fundamental: “El buen pastor da al vida por la ovejas” (Jn 10,11). Sí, aquí nosotros somos inmediatamente conducidos al centro, al culmen de la revelación de Dios como pastor de su pueblo; este centro y culmen es Jesús, precisamente Jesús que muere en la cruz y resurge del sepulcro al tercer día, resurge con toda su humanidad, y de este modo nos involucra a nosotros, a cada hombre, en su pasaje de la muerte a la vida. Este evento – la Pascua de Cristo – en la que se realiza plena y definitivamente la obra pastoral de Dios, es un evento sacrificial: por esto el Buen Pastor y el Sumo Sacerdote coinciden en la persona de Jesús que ha dado la vida por nosotros.

Vocación: … Me llamaste y clamaste y quebrantaste mi sordera”



2012-04-29 Radio Vaticana

(RV).- Hacia el mediodía de este Domingo del Buen Pastor, 29 de abril, a la hora del Regina Caeli, Benedicto XVI dedicó su alocución a las vocaciones aludiendo a la Jornada Mundial de Oración por la Vocaciones, pero también a la celebración eucarística matutina con la ordenación de nueve sacerdotes para la diócesis de Roma, expresando que son motivo de alabanza a Dios “por este don, signo de su amor fiel y providente para la Iglesia”. Tras invitar a toda la comunidad de fieles a estrecharse espiritualmente a estos sacerdotes lanzó una invitación a orar “para que todos los jóvenes estén atentos a la voz de Dios que interiormente habla a su corazón y los llama a desapegarse de todo para servirlo a Él”.

Al recordar que con este objetivo esta dedicada la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, aludió a que el Señor llama siempre, pero tantas veces nosotros no lo escuchamos: «Somos distraídos por muchas cosas, por otras voces más superficiales; y además tenemos miedo de escuchar la voz del Señor, porque pensamos que pueda quitarnos nuestra libertad. En realidad, cada uno de nosotros es fruto del amor: ciertamente, el amor de los padres, pero, más profundamente, el amor de Dios. Dice la Biblia ¿Se olvida una madre de su criatura? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré! En el momento en el que me doy cuenta de esto, mi vida cambia: se convierte en respuesta a este amor, más grande que cualquier otro, y así se realiza plenamente mi libertad».

martes, 24 de abril de 2012

Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones 2012


Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI
para la XLIX Jornada Mundial
de Oración por las Vocaciones

29 de Abril de 2012 – IV Domingo de Pascua

Tema: Las vocaciones don de la caridad de Dios


domingo, 22 de abril de 2012

XLIX Jornada Mundial de Oración por las vocaciones


El próximo domingo 29 de abril, IV Domingo de Pascua, se celebrará la XLIX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que tiene como tema: “Las Vocaciones, don de la caridad de Dios”. Esta jornada es animada en el Perú por la Comisión Episcopal de Vocaciones y Ministerios, a través de subsidios que buscan motivar su celebración en todas las comunidades eclesiásticas del país.

Los subsidios que se ofrecen son el Mensaje del Papa Benedicto XVI para la Jornada Mundial por las Vocaciones, la Oración para esta celebración, y la Guía Metodológica Vocacional, dirigidas a todas las diócesis, con temas muy importantes para fomentar las vocaciones.

jueves, 1 de marzo de 2012

Evangelio del Jueves [01.03.2012]

Día litúrgico: Jueves I de Cuaresma


Texto del Evangelio (Mt 7,7-12): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra; o si le pide un pez, le dé una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan! Por tanto, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas».

Comentario: Rev. D. Joaquim MESEGUER García (Sant Quirze del Vallès, Barcelona, España).

«Todo el que pide recibe; el que busca, halla»


martes, 14 de febrero de 2012

49ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones [Mensaje]

Mensaje del Papa Benedicto XVI
Para la XLIX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
29 de Abril de 2012 – IV Domingo de Pascua

Tema: Las vocaciones don de la caridad de Dios.

Queridos hermanos y hermanas:

La XLIX Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, que se celebrará el 29 de abril de 2012, cuarto domingo de Pascua, nos invita a reflexionar sobre el tema: Las vocaciones don de la caridad de Dios. La fuente de todo don perfecto es Dios Amor -Deus caritas est-: «quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4,16). La Sagrada Escritura narra la historia de este vínculo originario entre Dios y la humanidad, que precede a la misma creación. San Pablo, escribiendo a los cristianos de la ciudad de Éfeso, eleva un himno de gratitud y alabanza al Padre, el cual con infinita benevolencia dispone a lo largo de los siglos la realización de su plan universal de salvación, que es un designio de amor. En el Hijo Jesús –afirma el Apóstol- «nos eligió antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e irreprochables ante Él por el amor» (Ef 1,4). Somos amados por Dios incluso “antes” de venir a la existencia. Movido exclusivamente por su amor incondicional, él nos “creó de la nada” (cf. 2M 7,28) para llevarnos a la plena comunión con Él.

49ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el Mensaje [Resumen]


13-02-2012 Radio Vaticana

(RV).- El amor que es Dios, en el centro de las reflexiones que Benedicto XVI propone para la Cuadragésimo Novena Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones próxima a celebrarse el 29 de abril, IV Domingo de Pascua bajo el tema “Las vocaciones don de la caridad de Dios”, y en el que destaca que “en todo momento, en el origen de la llamada divina está la iniciativa del amor infinito de Dios, que se manifiesta plenamente en Jesucristo”.

El mensaje recuerda la exhortación apostólica Pastores dabo vobis, del Beato Juan Pablo II quien refiriéndose en concreto al ministerio sacerdotal afirmaba que «todo gesto ministerial, a la vez que lleva a amar y servir a la Iglesia, ayuda a madurar cada vez más en el amor y en el servicio a Jesucristo, Cabeza, Pastor y Esposo de la Iglesia; en un amor que se configura siempre como respuesta al amor precedente, libre y gratuito, de Dios en Cristo». Al respecto el Sucesor de Pedro añade que toda vocación específica nace de la iniciativa de Dios y es don de la caridad de Dios.

Es preciso –escribe el Papa en su mensaje– volver a anunciar, especialmente a las nuevas generaciones, la belleza cautivadora de ese amor divino, que precede y acompaña: es el resorte secreto, es la motivación que nunca falla, ni siquiera en las circunstancias más difíciles.

Y tras recordar que la grandeza de la vida cristiana consiste en efecto en amar “como” lo hace Dios y que se trata de un amor que se manifiesta en el don total de sí mismo fiel y fecundo el Santo Padre subraya que en la apertura al amor de Dios y como fruto de este amor, nacen y crecen todas las vocaciones: con el trato frecuente con la Palabra y los Sacramentos, especialmente la Eucaristía, será posible vivir el amor al prójimo en el que se aprende a descubrir el rostro de Cristo Señor.