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martes, 15 de noviembre de 2016

Evangelio del Martes [15.11.2016]

Día litúrgico: Martes XXXIII del tiempo ordinario



Texto del Evangelio (Lc 19,1-10): En aquel tiempo, habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.

Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador». Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».

Comentario: Rev. D. Enric RIBAS i Baciana (Barcelona, España).

«El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido»

martes, 17 de noviembre de 2015

La "Vida" eterna no es simplemente "lo que viene después"

Hoy saboreamos el "cambio de ambiente" que se produce alrededor de Zaqueo con su conversión. Esa vida plena, de reposo y justicia, de paz y comunión —lo que esperamos de la "Vida" eterna— podemos pregustarla ya (en el tiempo) viviendo en comunión con Dios.

La "Vida" eterna no es simplemente "lo que viene después" y de lo que nosotros ahora no podríamos formarnos ninguna idea. Como se trata de una "forma de existencia", puede estar ya presente en el seno de nuestra vida material, como lo nuevo, lo otro, lo mayor, aunque de modo fragmentario e incompleto. En la contemplación del Dios vivo podemos llegar a algo así como al fundamento originario de nuestra alma: un "Amor poderoso" que ya no nos puede ser arrebatado a través de las vicisitudes de la vida, y del que procede la alegría y el impulso para ir avanzando.

—Señor, la "Vida" eterna existe en medio de la fluidez de la temporalidad allí donde nosotros alcanzamos el "cara a cara" contigo.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

martes, 18 de noviembre de 2014

Evangelio del Martes [18.11.2014]

Día litúrgico: Martes XXXIII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Lc 19,1-10): En aquel tiempo, habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, que era jefe de publicanos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: «Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me quede yo en tu casa». Se apresuró a bajar y le recibió con alegría.

Al verlo, todos murmuraban diciendo: «Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador». Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: «Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo». Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque también éste es hijo de Abraham, pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido».

Comentario: Rev. D. Enric RIBAS i Baciana (Barcelona, España).

El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido