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lunes, 29 de febrero de 2016

Evangelio del Lunes [29.02.2016]

Día litúrgico: Lunes III de Cuaresma


Texto del Evangelio (Lc 4,24-30): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente reunida en la sinagoga de Nazaret: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país; y a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda de Sarepta de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo, y ninguno de ellos fue purificado sino Naamán, el sirio».

Oyendo estas cosas, todos los de la sinagoga se llenaron de ira; y, levantándose, le arrojaron fuera de la ciudad, y le llevaron a una altura escarpada del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero Él, pasando por medio de ellos, se marchó.

Comentario: Rev. P. Higinio Rafael ROSOLEN IVE (Cobourg, Ontario, Canadá).

«Ningún profeta es bien recibido en su patria»

sábado, 6 de diciembre de 2014

Evangelio del Sábado [06.12.2014]

Día litúrgico: Sábado I de Adviento


Texto del Evangelio (Mt 9,35—10,1.6-8): En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda enfermedad y toda dolencia. Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies».

Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «Dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis».

Comentario: Rev. D. Xavier PAGÉS i Castañer (Barcelona, España).

Rogad (...) al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Las "Bienaventuranzas", paradojas del cristiano


Hoy, Jesús llama repetidas veces "bienaventurados" a sus discípulos. Las "Bienaventuranzas" son palabras de promesa, que sirven al mismo tiempo como orientación moral. Cada "bienaventuranza" describe, por así decirlo, la situación fáctica de los discípulos de Cristo: son pobres, están hambrientos, lloran, son odiados, perseguidos... Son como "calificaciones" prácticas, pero también indicaciones teológico-morales.

A pesar de la situación de amenaza en que Jesús ve a los suyos, ésta se convierte en promesa cuando se la mira con la luz que viene del Padre. Para el discípulo, las "Bienaventuranzas" son una paradoja: se invierten los criterios del mundo apenas se ven las cosas desde la escala de valores de Dios. Las "Bienaventuranzas" son promesas en las que resplandece la nueva imagen del mundo y del hombre que Jesús inaugura, y en las que "se invierten los valores".

—Cuando "miro" a través de ti, Señor, entonces vivo con nuevos criterios, empiezo a "tocar" algo de lo que está por venir (el Cielo) y entra la alegría en la tribulación.

lunes, 28 de octubre de 2013

Evangelio del Lunes [28.10.2013]

Día litúrgico: 28 de Octubre: San Simón y san Judas, apóstoles


Texto del Evangelio (Lc 6,12-19): En aquellos días, Jesús se fue al monte a orar, y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor.

Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de Él una fuerza que sanaba a todos.

Comentario: + Rev. D. Albert TAULÉ i Viñas (Barcelona, España).

Jesús se fue al monte a orar