06-11-2011 Radio Vaticana
“El encuentro con Dios, no se improvisa, es algo que debe recorrer la vida entera” ha dicho el Sucesor de Pedro y Obispo de Roma, en su saludo a los peregrinos de lengua española que participaron de la oración dominical del ángelus en la Plaza de San Pedro, que él dirigió desde la ventana de su estudio.
“A Dios lo encuentran los que lo buscan” dijo el Papa, profundizando la invitación de la liturgia del día “a vivir la sabiduría de la vigilancia, para entrar en el banquete eterno”. Recordó finalmente que el 7 de noviembre hará un año de su visita a Barcelona, donde “tuve la alegría de dedicar la Basílica de la Sagrada Familia, admirable suma de técnica, belleza y fe, que concibió el Siervo de Dios Antoni Gaudí, genial arquitecto”.
Dolor por las inundaciones en Génova
En la cita dominical del Ángelus, con su dolor por las inundaciones en Génova -noroeste de Italia– Benedicto XVI expresó su cercanía, aseguró sus oraciones por los fallecidos y los damnificados y alentó a la solidaridad activa:
Hoy, el pensamiento no puede dejar de dirigirse a la ciudad de Génova, duramente golpeada por un aluvión. Aseguro mi oración por las víctimas, por sus familiares y por cuantos han sufrido graves daños. Que la Virgen de la Guardia sostenga a la amada población genovesa en el compromiso solidario para superar la prueba.
Es invencible quien cree en Dios amor
“Si quitamos a Dios, si quitamos a Cristo, el mundo cae en el vacío y la oscuridad” ha dicho Benedicto XVI en su reflexión en italiano, previa a la oración dominical del Ángelus. La vida eterna es el punto neto de diferencia entre el que cree y el que no cree, entre el que espera y el que no – dijo el Papa. “La fe en la muerte y resurrección de Cristo señala en este campo, un divide aguas decisivo”.
Sin Dios el mundo cae en el vacío, también para el nihilismo contemporáneo que contagia desgraciadamente a tantos jóvenes. El “aceite” que tienen las mujeres sabias y del que carecen las mujeres necias que esperan entrar al banquete de bodas, es el amor, explicó el Sucesor de Pedro: “Este amor es don de Cristo, infundido en nosotros por el Espíritu Santo. Quien cree en Dios-Amor lleva consigo una esperanza invencible, como una lámpara con la cual atravesar la noche más allá de la muerte, y llegar a la gran fiesta de la vida”.
Texto completo de la reflexión del Papa, previa a la oración del Ángelus: