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jueves, 17 de noviembre de 2016

Clausura del Año de la Misericordia [Obispado Castrense del Perú]


Durante su visita a la localidad de Iquitos, el Obispo Castrense del Perú, Monseñor Juan Carlos Vera Plasencia MSC., presidió la Solemne Ceremonia de Clausura del Jubileo Extraordinario de la Misericordia para el Ordinariato Militar en el Perú, con una peregrinación y posterior Eucaristía, donde estuvieron presentes los miembros de nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú acantonados en Iquitos.

La peregrinación tuvo como punto de partida la Capilla de “Nuestra Señora de la Consolación” y terminó en la Iglesia Catedral, con el cruce de la Puerta Santa. Posteriormente se celebró la Solemne Misa de Clausura de la Puerta Santa en la que se invocó la poderosa intercesión de Nuestra Señora de la Merced y de Santa Rosa de Lima. Asistieron a esta celebración: el Comandante General de la V División de Ejército, el Comandante General del Ala Aérea N° 5, el Comandante General de la V Zona Naval y el representante del Jefe de la Región Policial Loreto, así como los Capellanes de las distintas Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en Iquitos.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Nuestra Señora de la Merced

María Madre de Dios de la Merced
Patrona de Barcelona

Agradecemos la aportación de Neus Sans, Barcelona.

En castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que no corresponde con el sentido originario de la advocación. El significado del título "Merced" es ante todo "misericordia". La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de  asemejarnos a Jesús misericordioso.

El título mariano la Merced se remonta a la fundación de la Orden religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España. En esa época muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder lo más preciado: la fe católica. Nuestra bendita Madre del Cielo, dándose a conocer como La Merced, quiso manifestar su misericordia hacia ellos por medio de dicha orden dedicada a atenderlos y liberarlos.

Desde el siglo XIII es patrona de Barcelona y el 25 de septiembre de 1687 se proclamo oficialmente patrona de la ciudad. Es además patrona de los cautivos (presos) y de muchos países de Latinoamérica.

La talla de la imagen de la Merced que se venera en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. En catalán "Mare de Déu de la Mercè", Madre de Dios de la Merced.

En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre. Pero a raíz de la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, en el año 1969 la fiesta se suprimió del calendario universal.

América
Los frailes mercedarios llevaron al continente americano su amor a la Virgen de la Merced, que se propagó ampliamente. En República Dominicana, Perú, Ecuador, Argentina y muchos otros países, la Virgen de la Merced es muy conocida y amada.







lunes, 29 de septiembre de 2014

Celebración en Honor a Nuestra Señora de La Merced [Lima]


24.09.2014 (Lima)

En un ambiente de gran fervor, el Obispo Castrense del Perú, Monseñor Juan Carlos Vera Plasencia, MSC., ofició la Santa Misa y Te Deum, al conmemorarse el 37º Aniversario de las Fuerzas Armadas y en Homenaje a Nuestra Señora de la Merced, Gran Mariscala y Patrona de Armas del Perú; el cual congregó a Oficiales, Técnicos, Sub Oficiales, Cadetes y Personal Civil del Ejército, Marina de Guerra y Fuerza Aérea del Perú.

La Santa Misa, realizada en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced, en Lima, contó con la presencia de la Señora Marisol Espinoza, Vicepresidenta de la República; así como con el General del Ejército, Leonel, el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas; los Comandantes Generales de los Institutos Armados, autoridades civiles militares y policiales. También se congregaron los capellanes de las diferentes guarniciones de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional del Perú de la jurisdicción de Lima y Callao, además se hicieron presentes los devotos de Nuestra Señora de la Merced.

sábado, 13 de septiembre de 2014

Ministro de Defensa participó en toma de posesión del nuevo Obispo Castrense [Mons. Juan Carlos Vera Plasencia]


19:45 h.

Lima, set. 12. El Ministro de Defensa, Pedro Cateriano Bellido, participó en la toma de posesión del Monseñor Juan Carlos Vera Plasencia, como nuevo Obispo Castrense del Perú, nombrado por el Papa Francisco.

La ceremonia litúrgica, celebrada en la Basílica de Nuestra Señora de La Merced, Mons. Juan Carlos Vera tomó posesión canónica del cargo pastoral y recibió el báculo de manos del Nuncio Apostólico, Monseñor James Green.

En su homilía, el nuevo obispo castrense expresó su anhelo de acompañar la sacrificada labor de los miembros de los institutos armados y policiales a lo largo del país e invocó para ellos la protección de la Virgen de las Mercedes, Patrona de las Fuerzas Armadas y Gran Mariscala del Perú.

Culminada la misa de toma de posesión, Monseñor Vera recibió el reconocimiento del Ministro Cateriano; así como del Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Leonel Cabrera; y de los comandantes generales del Ejército, Marina de Guerra y Fuerza Aérea.

Asimismo, se dio lectura a la resolución suprema firmada por el Jefe del Estado, Ollanta Humala; y los titulares de Defensa e Interior, donde se reconoce oficialmente la designación Papal.

viernes, 18 de julio de 2014

Obispado Castrense en el Perú [Reseña Histórica]


El “Vicariato Castrense del Perú” fue creado por el Decreto de la Santa Sede “Ad Consulendum” de la Sagrada Congregación Consistorial (Ahora, Congregación para los Obispos) del 15 de mayo de 1943, y reconocido por el Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú del 19 de julio de 1980.

Recibe la denominación canónica oficial de “Ordinariato Castrense” en virtud de la Constitución Apostólica “Spiritual Militum Curae del 21 de abril de 1986, y se le denominará comúnmente “Obispado Castrense del Perú”.

El Obispado Castrense tiene por misión la atención religiosa espiritual, moral y pastoral de los miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional, sus familiares y demás fieles comprometidos en la Constitución Apostólica “Spiritual Militum Curae”.

Patrona de la Diócesis: "Nuestra Señora de la Merced"

Festividad: 24 de setiembre.

Dirección: Av. Arequipa 1032, Lima 1
Teléfono: 2657237 - Fax: 4712623

Rvdo. Padre
Guillermo Inca Pereda, OSJ
Administrador Apostólico (Hasta 16.07.2014)

Episcologio del Obispado Castrense
Mons. Pedro Pascual Farfán, Arzobispo de Lima (1943-1945)
Cardenal Juan Gualberto Guevara, Arzobispo de Lima (1945-1954)
Mons. Carlos María Jurgens Byrne, CSSR., Obispo Titular de Niestro (1954-1956)
Mons. Felipe Santiago Hermoza Sarmiento, Arzobispo Titular de Berea (1956-1967)
Mons. Alcides Mendoza Castro (1967-1984)
Mons. Eduardo Eusebio Picher Peña (1984-1995) Falleció el 30 de noviembre de 2002.
Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, OFM. (1996-2001) Trasladado a Trujillo.
Mons. Salvador Piñeiro García-Calderón (2001-2012) Trasladado a Ayacucho.
Mons. Guillermo Martín Abanto Guzmán (2012-2013) Emérito.

Fuente: CEP

martes, 1 de octubre de 2013

Solemnidad de la Virgen de Las Mercedes [Trujillo]


En la Solemnidad de “Nuestra Señora de la Merced”, Patrona de las Fuerzas Armadas del Perú, el Arzobispo de Trujillo, Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte OMF., celebró la Solemne Misa de Fiesta en la Basílica Catedral con la activa participación de las principales autoridades castrenses de esta región.

La Eucaristía, concelebrada por sacerdotes de la Orden Mercedaria y de la Arquidiócesis de Trujillo, no solo congregó a oficiales y soldados de la 32° Brigada de Infantería del Ejército del Perú, sino además a las autoridades políticas, policiales, civiles y devotos.

domingo, 29 de septiembre de 2013

Solidaridad, Oración y Esperanza

En la semana que termina tres circunstancias merecen nuestra atención y reflexión. El sur de nuestra Patria ha vuelto a temblar y el dolor de muchos hermanos que han sido afectados no solamente por el temor sino por la pérdida de sus enseres vuelve a reclamar nuestra solidaridad. Ciertamente la respuesta del Gobierno es necesaria y es positiva, sin embargo, la mano fraterna que podamos extender cada uno de los peruanos –a nuestros hermanos- que sufren, es señal de responsabilidad fraterna y solidaridad cristiana, que brota del mandamiento de la caridad como una exigencia de fidelidad al Evangelio de Jesucristo.

domingo, 12 de febrero de 2012

Festividad de Santa Eulalia de Barcelona

Virgen y Mártir.

Martirologio Tradicional: En la ciudad de Barcelona, en la Hispania Tarraconense, memoria de santa Eulalia, virgen y mártir (in. s. IV). (Nota: El actual Martirologio Romano no la incluye).

Etimología: Eulalia = Aquella que habla elocuentemente, es de origen griego.

Vida y martirio
La leyenda, de la que se tiene constancia a partir del siglo VII, se remonta a la época romana. Según la tradición cristiana, Eulalia fue una niña, educada en el cristianismo, que vivió en las afueras de la ciudad de Barcino (Hispania), en lo que hoy es Sarriá, a finales del siglo III. Con 13 años, durante el período de persecuciones a los cristianos del emperador Diocleciano (284-305 dC), durante el siglo III o IV, siendo papa san Marcelino.

Eulalia se escapó de su hogar y fue a buscar al gobernador de Barcino, Daciano, para recriminarle las represiones. El gobernador, ante la negativa de la niña a renunciar a la fe cristiana, la condenó a trece martirios, tantos como años tenía.

Según la tradición, como primer tormento fue encarcelada en una prisión oscura, para posteriormente ser azotada. En el ecúleo (Potro de tortura) le fue desgarrada la carne con garfios. Luego fue puesta de pie sobre un brasero ardiendo y le fueron quemados los pechos. Las heridas le fueron fregadas con piedra tosca, para luego arrojarles aceite hirviendo y plomo fundido, además de lanzarla a una fosa de cal viva.

El noveno tormento, uno de los más conocidos popularmente, consistió en ponerla desnuda dentro de un tonel lleno de cristales, clavos y otros objetos punzantes, siendo lanzada por una calle en bajada. Actualmente llamada Baixada de Santa Eulàlia -Bajada de Santa Eulalia-, donde hay una imagen de la santa en una pequeña capilla.

Capilla de la Baixada de santa Eulàlia
Posteriormente, fue encerrada en un corral lleno de pulgas. Finalmente, fue paseada desnuda por las calles de la ciudad hasta el lugar del suplicio donde fue crucificada en una cruz en forma de aspa (Cruz de santa Eulalia). Según la leyenda, durante su crucifixión se produjo una nevada, tapando la pureza de su cuerpo desnudo. También según la tradición popular, al final de su oración de que el Señor la tomara a Su Reino, la gente vio volar hacia el cielo de su boca una paloma blanca.

Fue canonizada en el año 633 y se considera santa tanto por la Iglesia Católica Romana, como por la Ortodoxa.

Otras leyendas
A lo largo de los siglos, otras leyendas y mitos han surgido sobre la santa. En 878 los restos de la santa, que estaban enterrados en Santa María de las Arenas, fueron trasladados a lo que hoy es la Catedral de la santa Cruz y santa Eulalia. Según la leyenda, cuando la comitiva que llevaba el arca llegó a la puerta de la ciudad, el sarcófago se volvió tan pesado que resultaba imposible moverlo. En ese instante, apareció un ángel que señaló con el dedo a uno de los canónigos de la procesión. Este, arrepentido, confesó que se había quedado un dedo del pie de la santa como reliquia. Una vez restituido el dedo mutilado, los restos pudieron cruzar las murallas.

Sepulcro de santa Eulàlia de Barcelona
Desde 1868 Santa Eulalia comparte el patronazgo de Barcelona con la Virgen de la Merced y, en honor a ella, la ciudad celebra en el mes de septiembre su principal fiesta mayor. La cultura popular atribuye a las lágrimas de Santa Eulalia, triste por el olvido de los barceloneses, las lluvias que a menudo deslucen las celebraciones de La Merced.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Nuestra Señora de La Merced [Lima]

Patrona de las Fuerzas Armadas del Perú

«Madre de nuestro Ejército: Humilde a tus plantas como acostumbré en mi juventud de soldado: hoy el anciano Mariscal te repite el ruego de toda su vida: que la fe en las mercedes que otorgas cual guía luminosa abra al Perú la ruta de la gloria» (Andrés A. Cáceres, 1921)

Pablo Luis Fandiño

El culto a la Virgen de Merced o de las Mercedes es una de las devociones más antiguas y arraigadas en nuestro país. Su gloriosa historia se inicia en la Edad Media, cuando San Pedro Nolasco con el apoyo del Rey Jaime I de Aragón —por especial revelación de la misma Virgen— funda el 10 de agosto de 1218 en Barcelona la “Celestial, Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced”, para la redención de los cautivos en poder de los musulmanes.

La trayectoria de esta benemérita Orden es maravillosa y heroica: “Desde su inicio y durante los seis siglos siguientes pudo redimir a más de ochenta mil cautivos devolviéndoles a su patria y a su hogar con el precio de mil quinientos mártires que derramaron su sangre por la conquista de la libertad de los cristianos”.1

Extensión de su culto en el Nuevo Mundo
Los Padres Mercedarios llegaron al Perú junto con los primeros conquistadores, y con ellos la devoción a la Virgen de las Mercedes, que rápidamente se extendería por el vasto Virreinato. De ello nos da cuenta el historiador jesuita, P. Rubén Vargas Ugarte:“Fruto del celo de los mercedarios fue la difusión del culto a la Virgen titular, algunas de cuyas imágenes, como las de Lima, Quito, Pasto, Piura, Chachapoyas, Portobelo, Ica, Tucumán y Caracas, vinieron a ser muy populares y veneradas”.2

Fray Miguel de Orenes, quien fundara en 1535 el convento de Lima, trajo la primera imagen de la Virgen de la Merced que se veneró en esta ciudad. El P. Luis Vera en suMemorial de la fundación y progreso de la Orden de Nuestra Señora de la Merced de la Provincia de Lima (1637) señala que ya esta imagen obró estupendos milagros entre los conquistadores y primeros pobladores de la ciudad.

La primitiva ermita mercedaria, un oratorio pequeño y de pobres materiales, fue sustituida por el magnífico templo levantado durante el gobierno del Marqués de Montesclaros (1608-1615) y que hasta hoy contemplamos, a pesar de la furia de los temblores y los saqueos de los piratas. En tiempos recientes la Santa Sede ha elevado la iglesia al rango de Basílica Menor.

En su interior alberga grandes joyas del arte y de la piedad cristiana, entre las que destacan El Cristo de la Conquista, una conmovedora imagen de la Virgen Dolorosa, los restos mortales del Venerable P. Urraca y su famosa Cruz que tanto excita la devoción popular, y otras. Lamentablemente, en años recientes ha desaparecido la preciosísima reliquia de la Sagrada Espina guardada en la Basílica.

Primera imagen coronada canónicamente en el Perú
Altar Mayor de la Basílica de La Merced
en Lima
La imponente imagen de Nuestra Señora de la Merced, expuesta en su altar mayor, es muy antigua y de muy bella factura. Data del tiempo de la inauguración de la iglesia a comienzos del siglo XVII. Fue jurada patrona de los campos de Lima por el Cabildo el 20 de setiembre de 1730, proclamada Patrona de las Armas de la República por el Congreso Nacional de 1823 y coronada canónicamente en 1921.

Desde antaño se le reconoce su especial protección a la capital, como lo consigna un Acta del Cabildo limeño: “También recibió esta ciudad el beneficio de esta Divina Señora por el mes de julio del año 1615, en que intentaron invadir el presidio del Callao once navíos corsarios holandeses, en que hallándose sin defensa, invocaron su patrocinio y acudió prontamente su clemencia al socorro de este trabajo, apareciéndose acompañada de numerosos ángeles, vestida con el sagrado hábito de su Orden y mirando con semblante benigno a la ciudad la protegió extendiendo su piadoso manto y arrojó del puerto a los enemigos...”.3

Un milagro digno de figurar en un libro de oro
El citado P. Luis Vera refiere también un milagro de la Virgen ocurrido en la doctrina de Ichopincos, corregimiento de Guamalíes: “Cayóle cáncer mortal al P. Fr. Pedro del Campo estando en esta doctrina y no hallándose remedio en la tierra, acudieron al último cortándole una pierna donde estaba el mal. Cortada por la rodilla, era tan fuerte la corrupción que fue necesario cortarle por más arriba segunda y tercera vez; a ésta quedó tan rendido que diciéndole que no se había atajado el daño, y así tratase de las últimas disposiciones para salir de esta vida, se desmayó y volviendo en sí fue dando voces: tráiganme la Imagen Sacratísima de la Virgen, tráiganme a mi Madre, que sólo ella puede darme salud. Trajéronle la imagen de la iglesia, y al punto que entró en su aposento, a la vista de todos, se le cayeron por sí mismos en el suelo los pedazos de carne podrida en que estaba apoderado el cáncer, quedando la demás colorada y libre de corrupción. Sanó de la llaga en brevísimo espacio, y aunque con pierna de palo, quedó tan ágil que por los más peligrosos caminos del Perú iba a mula, con más facilidad que los muy sanos”.4

Pero el gran impulsor de esta devoción en el Perú fue sin duda Fray Antonio de Vidaurre, quien por largos años dirigió la Tercera Orden de la Merced y escribió en 1716 la célebre Novena deprecatoria a la Santísima Virgen de la Merced, redentora de cautivos y espacialísima abogada del Perú, que tan amplia difusión tuvo desde entonces.

Vicisitudes de su devoción en tiempos recientes
Las Fuerzas Armadas
guardan a su Patrona
Sin embargo, en el siglo XIX, como bien lo señala Mons. Severo Aparicio Quispe, “la piedad decayó bastante” en medio de la zozobra política y social del país. Y añade: “Al mismo tiempo, la desorganización de la Iglesia a raíz de la independencia y la falta de comunicación con la Santa Sede, agravada por la intromisión del gobierno civil en los asuntos de la Iglesia (Decreto Supremo del 28 de setiembre de 1826 que dicta el Reglamento de Regulares), fueron factores determinantes en el decaimiento interno de la Iglesia y en el enfriamiento de la devoción del pueblo creyente”.5

A pesar de todo, durante el Pontificado de San Pío X, a inicios del siglo XX, se opera un nuevo ardor del antiguo fervor. Así, por decreto del Papa Benedicto XV, firmado por el ilustre y recordado Cardenal Rafael Merry del Val, el 24 de setiembre de 1921, el Arzobispo de Lima, Mons. Emilio Lisson y Chávez, realiza en el atrio de la Catedral la emotiva ceremonia de coronación canónica de la imagen de Nuestra Señora de la Merced.

Este mismo espíritu se expande a otras ciudades. Así, como parte del VI Congreso Eucarístico Nacional celebrado en Piura en 1960, es coronada canónicamente la antigua e histórica imagen de la Merced del puerto de Paita. Y al año siguiente el Nuncio Apostólico, Mons. Romolo Carboni, corona en el atrio de la catedral del Cusco, ante una impresionante multitud, la tradicional imagen de la Virgen de la Merced venerada en la Ciudad Imperial.

Cabe resaltar la solemnidad con que en todo el país las Fuerzas Armadas celebran anualmente la festividad de su santa patrona, el día 24 de setiembre, en que se conmemora la descensión de María Santísima a revelar y fundar la Orden mercedaria.

Solemne procesión del 24 de setiembre,
a su paso por el Palacio Arzobispal y luego por la Catedral de Lima

Sin embargo, tal celebración, cuyo brillo debería ir en aumento año a año, se ha visto menguada desde que en 1964 el gobierno redujo el feriado religioso a una anodina “fiesta cívica laborable”.

Nuestra Señora de la Merced es, sin duda, la invocación más apropiada para suplicarle a la Virgen que, así como Ella se dignó en el pasado rescatar a miles de almas del cautiverio a manos de paganos, así también rescate hoy al pueblo peruano y al mundo entero de la esclavitud al neopaganismo que nos tiraniza por todos los medios —en la publicidad, las modas, las costumbres inducidas, en la propagación de vicios y aberraciones morales— para que el Perú pueda cuanto antes retomar la senda de su anhelado progreso espiritual y material como gran nación católica.

Notas:
1. Cf. P. Saúl Peredo Meza  O. de M., La Merced, Basílica y Convento, Lima, 1973.
2. P. Rubén Vargas Ugarte  S.J., Historia del Culto de María en Iberoamérica, Madrid, 1956, t. I, p. 43.
3. Mons. Severo Aparicio Quispe  O. de M., Devoción a la Virgen de las Mercedes en el Perú, 3ª edición, Provincia Mercedaria del Perú, Lima, 1997, pp. 11-12.
4. Id, p. 8.
5. Id, p. 21.

Nuestra Señora de la Merced [Oraciones]

ORACIÓN
Virgen y Señora nuestra de la Merced,
a ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo, nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén.

ORACIÓN
María, Merced de Dios, regalo de Cristo a los hombres. La Trinidad Santa te envió a Barcelona, mensajera de libertad y misericordia, para, por medio de Pedro Nolasco, mostrarte corredentora, mediadora, Madre de todos, ternura de Dios para los pobres.
Madre de la Merced, enséñanos a valorar nuestra fe cristiana, haznos capaces de amar con caridad mercedaria, conviértenos en portadores de paz.

Que tus besos derritan la violencia que nos envuelve, hasta que recuperemos, en tu regazo materno, la ilusión de familia, transformado el mundo en un hogar.

Bendice esta ciudad tuya, que te proclama patrona y princesa y gusta, enamorada, de llamarte madre. Amén.

Nuestra Señora de la Merced [Perú]

Patrona de Perú

La devoción a la Virgen de las Mercedes en el Perú se remonta a los tiempos de la fundación de Lima. Consta que los Padres Mercedarios, que llegaron al Perú junto con los conquistadores, habían edificado ya su primitiva iglesia conventual hacia 1535, templo que sirvió como la primera parroquia de Lima hasta la construcción de la Iglesia Mayor en el 1540.

Los Mercedarios no sólo evangelizaron a la región sino que fueron gestores del desarrollo de la ciudad al edificar los hermosos templos que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso.

Junto con estos frailes llegó su celestial patrona, la Virgen de la Merced, advocación mariana del siglo XIII. Hacia el 1218, San Pedro Nolasco y Jaime I, rey de Aragón y Cataluña tuvieron por separado la misma visión de la Santísima Virgen que les pedía la fundación de una orden Militar y Hospitalaria (religiosa) dedicada a rescatar pacíficamente a los numerosos cautivos cristianos que estaban en poder de los musulmanes. Se entregaban ellos mismos como cautivos de los musulmanes como intercambio de los infelices que sufrían esa desdicha.

Esta Orden de la Merced, aprobada en 1235 como orden militar por el Papa Gregorio IX, logró liberar a miles de cristianos prisioneros, convirtiéndose posteriormente en una dedicada a las misiones, la enseñanza y a las labores en el campo social. Los frailes mercedarios tomaron su hábito “blanco” de las vestiduras que llevaba la Virgen en la aparición al fundador de la orden.

La imagen de la Virgen de la Merced viste totalmente de blanco; sobre su larga túnica lleva un escapulario en el que está impreso, a la altura del pecho, el escudo de la orden. Un manto blanco cubre sus hombros y su larga cabellera aparece velada por una fina mantilla de encajes. En unas imágenes se la representa de pie y en otras sentada; unas veces se muestra con el Niño en los brazos y otras los tiene extendidos mostrando un cetro real en la mano derecha y en la otra unas cadenas abiertas, símbolo de liberación. Esta es la apariencia de la hermosa imagen que se venera en la Basílica de la Merced, en la capital limeña, que fue entronizada a comienzos del siglo XVII y que ha sido considerada como patrona de la capital.

Fue proclamada en 1730 "Patrona de los Campos del Perú"; "Patrona de las Armas de la República" en 1823; y al cumplirse el primer centenario de la independencia de la nación, la imagen fue solemnemente coronada y recibió el título de "Gran Mariscala del Perú" el día 24 de septiembre de 1921, solemnidad de Nuestra Señora de la Merced, desde entonces declarado fiesta nacional, ocasión en que cada año el ejército le rinde honores a su alta jerarquía militar de "Mariscala". La imagen porta numerosas condecoraciones otorgadas por la república de Perú y sus gobernantes e instituciones nacionales. En 1970 el cabildo de Lima le otorgó las "Llaves de la ciudad" y en 1971 el presidente de la República le impuso la Gran Cruz Peruana al Mérito Naval, gestos que demuestran el cariño y la devoción del Perú a esta advocación considerada por muchos como su Patrona Nacional.

Festividad de Nuestra Señora de la Merced [Barcelona]

María Madre de Dios de la Merced.

Patrona de Barcelona (España).

Agradecemos la aportación de Neus Sans, Barcelona.

En castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que no corresponde con el sentido originario de la advocación. El significado del título "Merced" es ante todo "misericordia". La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de  asemejarnos a Jesús misericordioso.

El título mariano la Merced se remonta a la fundación de la Orden religiosa de los mercedarios el 10 de agosto de 1218, en Barcelona, España. En esa época muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder lo más preciado: la fe católica. Nuestra bendita Madre del Cielo, dándose a conocer como La Merced, quiso manifestar su misericordia hacia ellos por medio de dicha orden dedicada a atenderlos y liberarlos.

Desde el siglo XIII es patrona de Barcelona y el 24 de septiembre de 1687 se proclamó oficialmente patrona de la ciudad. Es además patrona de los cautivos (presos) y de muchos países de Latinoamérica.

La talla de la imagen de la Merced que se venera en la Basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. En catalán "Mare de Deu de la Mercé", Madre de Dios de la Merced.

En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre. Pero a raíz de la reforma litúrgica del concilio Vaticano II, en el año 1969 la fiesta se suprimió del calendario universal.

Evangelio de la Festividad de Nuestra Señora de la Merced

Día litúrgico: 24 de Septiembre: La Virgen de la Merced

Texto del Evangelio (Jn 2,1-11): En aquel tiempo, se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino». Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora». Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que Él os diga». Había allí seis tinajas de piedra, puestas para las purificaciones de los judíos, de dos o tres medidas cada una. Les dice Jesús: «Llenad las tinajas de agua». Y las llenaron hasta arriba. «Sacadlo ahora, les dice, y llevadlo al maestresala». Ellos lo llevaron.

Cuando el maestresala probó el agua convertida en vino, como ignoraba de dónde era (los sirvientes, los que habían sacado el agua, sí que lo sabían), llama el maestresala al novio y le dice: «Todos sirven primero el vino bueno y cuando ya están bebidos, el inferior. Pero tú has guardado el vino bueno hasta ahora». Así, en Caná de Galilea, dio Jesús comienzo a sus señales. Y manifestó su gloria, y creyeron en Él sus discípulos.

Comentario: Cardenal Ricard Mª Carles i Gordó, Arzobispo Emérito de Barcelona (Barcelona, España).

«Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús»

Hoy celebramos Nuestra Señora de la Merced, solemnidad en Barcelona. En el Evangelio vemos presente a María en las bodas de Caná, dónde «también fue invitado Jesús con sus discípulos» (Jn 2,1-2). Jesús, María y los discípulos, ¡es decir, nosotros!

Nunca pudo una madre escoger a su hijo. Menos todavía un hijo ha podido escoger a su madre. Solamente Cristo pudo hacerlo. Por eso se la hizo con una perfección total, y después nos la ofreció también como madre nuestra: «He ahí a tu madre» (Jn 19,27). Por eso los cristianos la amamos cordialísimamente.

La mejor prueba de que podemos conseguir nuestra meta es María. Toda la ilusión de un Dios que ha hecho buena la creación, que promete un futuro bueno al hombre en todo el Antiguo Testamento, promete un cumplimiento cierto, como signo de su amor, que aparece insuperablemente perfecto en María. En María, la perfección de un ser humano se ha hecho historia.

En el diálogo de amor entre Dios y el hombre se cruza la sombra del pecado. Pero se cruza después de una gran luz: la figura de una mujer maravillosa, merced a la cual el Verbo, hecho hombre, abrazó, de nuevo y definitivamente, a la creación, para devolverla al Padre.

Pero Nuestra Señora de la Merced, por ser la patrona de Barcelona, lo es de la capital de Cataluña y, desde aquí, desde la casa de la Madre de los barceloneses, debemos ampliar la mirada y pensar y amar nuestra tierra desde una mirada de fe. Porque es un año más en la historia de nuestra ciudad y de nuestro país. Historia porque, a diferencia de los demás seres vivos, el hombre tiene historia, es decir, no repite interminablemente un determinado modo de obrar a lo largo de la existencia de su propia especie.

Lo que ennoblece al hombre es más su sentido moral que no los instrumentos materiales y la inteligencia. Se puede poseer mucha técnica e inteligencia y no lograr la felicidad, ni ser útil para los demás. Por ello, nos acogemos a la protección de Santa María, Consuelo de los afligidos.