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martes, 30 de agosto de 2016

Evangelio del Martes [30.08.2016]

Día litúrgico: Martes XXII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 4,31-37): En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él». Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen». Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.

Comentario: Rev. D. Joan BLADÉ i Piñol (Barcelona, España).

«Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad»

jueves, 26 de septiembre de 2013

Audiencia general: La Iglesia es una aunque alberga a personas de todas las culturas



25 de septiembre de 2013 (romereports.com) Durante la catequesis de la Audiencia general el Papa Francisco explicó la unidad como característica fundamental de la Iglesia. Francisco dijo que a pesar de la diversidad de las culturas en las que está presente la Iglesia, se debe vivir en unidad, sin hacer grupos cerrados. El Papa pidió especialmente a todos los cristianos que recen por los que sufren persecución.

El Papa explicó que para conservar y aumentar la unidad hace falta humildad, dulzura y amor por la unidad. Hay que evitar la murmuración y si es necesario “morderse la lengua antes de hablar”.

Resumen de la catequesis en español:

Queridos hermanos y hermanas:

martes, 3 de septiembre de 2013

Evangelio del Martes [03.09.2013]

Día litúrgico: Martes XXII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Lc 4,31-37): En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba. Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad. Había en la sinagoga un hombre que tenía el espíritu de un demonio inmundo, y se puso a gritar a grandes voces: «¡Ah! ¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios». Jesús entonces le conminó diciendo: «Cállate, y sal de él». Y el demonio, arrojándole en medio, salió de él sin hacerle ningún daño. Quedaron todos pasmados, y se decían unos a otros: «¡Qué palabra ésta! Manda con autoridad y poder a los espíritus inmundos y salen». Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.

Comentario: Rev. D. Joan BLADÉ i Piñol (Barcelona, España).

Quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad