jueves, 26 de septiembre de 2013

Audiencia general: La Iglesia es una aunque alberga a personas de todas las culturas



25 de septiembre de 2013 (romereports.com) Durante la catequesis de la Audiencia general el Papa Francisco explicó la unidad como característica fundamental de la Iglesia. Francisco dijo que a pesar de la diversidad de las culturas en las que está presente la Iglesia, se debe vivir en unidad, sin hacer grupos cerrados. El Papa pidió especialmente a todos los cristianos que recen por los que sufren persecución.

El Papa explicó que para conservar y aumentar la unidad hace falta humildad, dulzura y amor por la unidad. Hay que evitar la murmuración y si es necesario “morderse la lengua antes de hablar”.

Resumen de la catequesis en español:

Queridos hermanos y hermanas:


En el Credo profesamos la fe en «la Iglesia, que es una». En efecto, la Iglesia es única y es en sí misma unidad, aunque esté esparcida por todo el mundo y haya muchas diversidades. Lo hemos visto en la reciente Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro: tantos rostros, tantas lenguas, tantos lugares de proveniencia, pero una sola Iglesia, como una gran familia, unidos como hermanos en una misma fe y esperanza, en la caridad y en los sacramentos, en el ministerio apostólico instituido por Cristo.

¿Vivimos así, o estamos encerrados en nosotros mismos o en nuestro propio grupo? ¿Nos preocupamos por los demás, aunque estén lejos? ¿Rezamos por ellos? Especialmente por los cristianos perseguidos. A veces surgen tensiones y conflictos que hieren la unidad de la Iglesia, pero somos nosotros quienes las provocamos.

Y una de las cosas que más desunen a la Iglesia es el 'chismerío', un cristiano no puede ser 'chusma', no puede andar hablando mal de otros, le conviene primero morderse la lengua y después hablar mal de otros.

Por eso hay que fomentar siempre la comunión en todos los ámbitos de la vida para crecer en la unidad que Dios nos da, y también para favorecer el camino ecuménico. Y, como esta unidad no es fruto de acuerdos humanos, sino obra del verdadero artífice, el Espíritu Santo, hemos de pedirla con perseverancia en la oración.

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española, en particular a la comunidad del Colegio Mexicano de Roma, a las peregrinaciones diocesanas de Tarazona, con su Obispo Eusebio Hernández, y de Tortosa, con su Obispo, Enrique Benavent, así como a los demás grupos venidos de España, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México y otros países latinoamericanos. Muchas gracias.

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