“Bienaventurados
los pacíficos porque ellos serán
llamados
hijos de Dios” (Mt 5, 9)
Hemos acogido con filial prontitud el
llamado del Santo Padre el Papa Francisco, para celebrar un momento de ayuno y
oración por la paz en Siria y en todo el mundo. La voz del Papa se hace “intérprete
del grito que, con creciente angustia, se levanta en todas las partes de la
tierra, en todos los pueblos, en cada corazón, en la única gran familia que es
la humanidad: ¡el grito de la paz!”.
Hacemos nuestras sus palabras y
reafirmamos con el Santo Padre que “El uso de la violencia nunca trae
la paz. ¡La guerra llama a la guerra, la violencia llama a la violencia!” y
enfatizamos con él un deseo común de todos los peruanos y peruanas: “¡Nunca
más la guerra! La paz es un don demasiado precioso, que tiene que ser promovido
y tutelado”.
No podemos olvidar, en este momento de
oración, las experiencias sucedidas en nuestra patria en años anteriores, que
enfrentaron peruanos contra peruanos dejando muchas veces el trágico saldo de
víctimas humanas, civiles o militares y policiales y el dolor inconsolable en
sus familias en cuyos hogares el vacío dejado no podrá ser llenado. Para
nosotros, de modo especial, resuenan estas palabras del Santo Padre: “no es
la cultura de la confrontación, la cultura del conflicto, la que construye la
convivencia en los pueblos y entre los pueblos, sino ésta: la cultura del
encuentro, la cultura del diálogo; éste es el único camino para la paz”.
A la invitación del Papa Francisco para
elevar una oración por la paz, dirigida de modo especial en la Iglesia
Católica, hemos apreciado con alegría, como en todas las Jurisdicciones
Eclesiásticas de nuestra Patria, en las parroquias y en las comunidades
religiosas se han preparado y programado momentos de ayuno y oración convencidos
que “la humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de oír
palabras de esperanza”. Igualmente, acogiendo este llamado del Papa,
las diversas confesiones religiosas del Perú, con la presencia de la
Conferencia Episcopal Peruana, harán un momento de oración y reflexión en el
Colegio de Jesús.
La comprometida y filial respuesta de
toda la Iglesia en el Perú, no solo refleja la ya conocida vocación por la paz
que tenemos los peruanos, y los sentimientos de fraternidad que extendemos a
todas las naciones, sino que reafirma de modo particular nuestra adhesión y
fidelidad al Vicario de Cristo en la tierra.
Queremos, con las Palabras del Papa,
invocar a la Virgen María, la Reina de la Paz, para “que nos ayude a
responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del
diálogo, de la reconciliación y del amor”.
Lima,
6 de setiembre de 2013.
Mons. Salvador Piñeiro García-Calderón
Arzobispo Metropolitano de
Ayacucho
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