4 de septiembre de 2013 (romereports.com) Esta semana el Papa Francisco ha afrontado varias veces el conflicto en Siria. Organizaciones humanitarias católicas como Caritas Internationalis también han alertado de que una intervención armada incrementaría la ola de violencia que azota a este país.
Patrick Nickolson
“Lo que Cáritas tiene muy claro es que la comunidad internacional debe orientarse al diálogo entre las diferentes partes para hablar de paz y no enfocarse en intervenciones militares. Estas sólo traerían más derramamiento de sangre y sufrimiento para el pueblo sirio”.
Caritas Internationalis ha declarado que Siria se enfrenta a una de las mayores crisis humanitarias de los últimos años. Desde su inicio en 2011, la guerra civil ha cobrado más de 100 mil vidas y otras 6 millones de personas se han visto obligadas a dejar sus hogares para sobrevivir. Es el éxodo más grande de las últimas dos décadas.
Países vecinos como Jordania, Turquía y Líbano han improvisado campos de refugiados, y algunos de ellos ya suman más de 100 mil personas. Caritas intenta proporcionarles alimentos básicos, alojamiento, víveres, artículos de higiene, y atención médica y psicológica. No obstante, a medida que la guerra avanza, la situación empeora.
Patrick Nickolson
“Su alojamiento es bastante pobre, duermen en edificios improvisados. Una familia de 26 personas vive con sus niños en un establo al lado de una alcantarilla abierta con moscas por todas partes... es realmente una situación muy difícil para ellos”.
Líderes religiosos del Medio Oriente y otras organizaciones coinciden en que la violencia no debería combatirse con más violencia. La respuesta es una: la paz debe ser negociada y los enfrentamientos no llevarían a nada más que tragedias.
Además de su reclamo de paz, el Papa ha convocado el próximo sábado una vigilia de ayuno y oración por Siria y el resto de países que buscan la paz.
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