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viernes, 29 de mayo de 2015

Jesús, el "Templo nuevo" del "nuevo Israel". Universalidad de la salvación (la Iglesia es "católica")

Hoy, después de la "purificación" del Templo, Jesús «enseñaba»: «‘Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes (…)’». En esta síntesis de la "doctrina" de Jesús sobre el Templo están como fundidas dos palabras proféticas.

Primero, la visión universalista del profeta Isaías (56,7): en el futuro, en la casa de Dios, todos los pueblos adorarán al Señor como único Dios. Aunque Jesús limita conscientemente su intervención a Israel, siempre está movido por la tendencia universalista de "abrir" a Israel, para que todos puedan reconocer en el Dios de Israel al único Dios de todo el mundo. Segundo, ahí se entrelaza aquella palabra de Jeremías (cf. 7,11): «‘Habéis hecho de mi casa una cueva de bandidos’». Jeremías se batía apasionadamente por la unidad entre culto y vida en la justicia delante de Dios; luchaba contra una politización "judía" de la fe y del templo…

—Jesús, Tú eres el "Nuevo Templo" donde todos los hombres encontramos a Dios y, también, donde todos los hombres nos encontramos en Dios.

Comentario: REDACCIÓN evangeli.net (elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).

Evangelio del Viernes [29.05.2015]

Día litúrgico: Viernes VIII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Mc 11,11-25): En aquel tiempo, después de que la gente lo había aclamado, Jesús entró en Jerusalén, en el Templo. Y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.

Al día siguiente, saliendo ellos de Betania, sintió hambre. Y viendo de lejos una higuera con hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; acercándose a ella, no encontró más que hojas; es que no era tiempo de higos. Entonces le dijo: «¡Que nunca jamás coma nadie fruto de ti!». Y sus discípulos oían esto.

Llegan a Jerusalén; y entrando en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y a los que compraban en el Templo; volcó las mesas de los cambistas y los puestos de los vendedores de palomas y no permitía que nadie transportase cosas por el Templo. Y les enseñaba, diciéndoles: «¿No está escrito: ‘Mi Casa será llamada Casa de oración para todas las gentes?’.¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!». Se enteraron de esto los sumos sacerdotes y los escribas y buscaban cómo podrían matarle; porque le tenían miedo, pues toda la gente estaba asombrada de su doctrina. Y al atardecer, salía fuera de la ciudad.

Al pasar muy de mañana, vieron la higuera, que estaba seca hasta la raíz. Pedro, recordándolo, le dice: «¡Rabbí, mira!, la higuera que maldijiste está seca». Jesús les respondió: «Tened fe en Dios. Yo os aseguro que quien diga a este monte: ‘Quítate y arrójate al mar’ y no vacile en su corazón sino que crea que va a suceder lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido y lo obtendréis. Y cuando os pongáis de pie para orar, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre, que está en los cielos, os perdone vuestras ofensas».

Comentario: Fra. Agustí BOADAS Llavat OFM (Barcelona, España).

Todo cuanto pidáis en la oración, creed que ya lo habéis recibido

viernes, 21 de noviembre de 2014

Evangelio del Viernes [21.11.2014]

Día litúrgico: Viernes XXXIII del tiempo ordinario


Texto del Evangelio (Lc 19,45-48): En aquel tiempo, entrando Jesús en el Templo, comenzó a echar fuera a los que vendían, diciéndoles: «Está escrito: ‘Mi casa será casa de oración’. ¡Pero vosotros la habéis hecho una cueva de bandidos!». Enseñaba todos los días en el Templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y también los notables del pueblo buscaban matarle, pero no encontraban qué podrían hacer, porque todo el pueblo le oía pendiente de sus labios.

Comentario: P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España).

Mi casa será casa de oración