Día litúrgico: Viernes VII
del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mc 10,1-12): En aquel tiempo, Jesús,
levantándose de allí, va a la región de Judea, y al otro lado del Jordán, y de
nuevo vino la gente donde Él y, como acostumbraba, les enseñaba. Se acercaron
unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: «¿Puede el marido repudiar
a la mujer?». Él les respondió: «¿Qué os prescribió Moisés?». Ellos le dijeron:
«Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla». Jesús les dijo:
«Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este
precepto. Pero desde el comienzo de la creación, El los hizo varón y hembra.
Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y los dos se harán una sola
carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios
unió, no lo separe el hombre».
Y
ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto. Él les dijo:
«Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla;
y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Comentario: Rev. D. Miquel VENQUE i To (Barcelona, España).
«Como
acostumbraba, les enseñaba»