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lunes, 5 de junio de 2017

Evangelio del Lunes [05.06.2017]


Día litúrgico: Lunes IX del tiempo ordinario



Texto del Evangelio (Mc 12,1-12): En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó.

»Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero aquellos labradores dijeron entre sí: ‘Éste es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia’. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña.

»¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: ‘La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?’».

Trataban de detenerle —pero tuvieron miedo a la gente— porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron.

Comentario: Fr. Alphonse DIAZ (Nairobi, Kenia).

«Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña»

viernes, 5 de junio de 2015

Evangelio del Viernes [05.06.2015]

Día litúrgico: Viernes IX del tiempo ordinario



Texto del Evangelio (Mc 12,35-37): En aquel tiempo, Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: ‘Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’. El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?». La muchedumbre le oía con agrado.

Comentario: P. Josep LAPLANA OSB Monje de Montserrat (Montserrat, Barcelona, España).

El mismo David le llama Señor

jueves, 5 de junio de 2014

Evangelio del Jueves [05.06.2014]

Día litúrgico: Jueves VII de Pascua



Texto del Evangelio (Jn 17,20-26): En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí.

»Padre, los que tú me has dado, quiero que donde yo esté estén también conmigo, para que contemplen mi gloria, la que me has dado, porque me has amado antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te he conocido y éstos han conocido que tú me has enviado. Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos».

Comentario: P. Joaquim PETIT Llimona, L.C. (Barcelona, España).

Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que (...) creerán en mí

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Festividad de San Pedro Canisio


San Pedro Kanijs nació en Nimega, Holanda, en 1521, y puede ser definido como un hierro colocado entre el yunque y el martillo, es decir, blanco de la irritación que su clara predicación suscitaba en los ambientes protestantes, y de la malevolencia que la envidia le procuraba entre los mismos compañeros de religión. Hijo del alcalde de Nimega, Pedro Kanijs, latinamente Canicius, tuvo la posibilidad de frecuentar óptimas escuelas: derecho canónico en Lovaina y derecho civil en Colonia.

En esta ciudad le gustaba pasar el tiempo libre en el monasterio de los cartujos. Nadie sospechaba que el joven abogado, al que el padre le había garantizado apoyo en su profesión, llevara debajo del vestido un cilicio. La lectura del breve opúsculo de los Ejercicios Espirituales, que hacía poco había escrito San Ignacio, determinó el cambio decisivo de su vida: terminada la piadosa práctica en Maguncia bajo la dirección del Padre Faber, entró en la compañía de Jesús y fue el octavo jesuita en profesar los votos solemnes. En la joven congregación pudo cultivar sus estudios preferidos y su amor por la erudición; a él se debe la publicación de las obras de San Cirilo de Alejandria, San León Magno, San Jerónimo y Osio de Córdoba.

Vivió en pleno clima de reforma y contrarreforma. Tomó parte activa en el concilio de Trento, como teólogo del cardenal Truchsess y consejero del Papa. Se distinguió por la profundidad de su cultura teológica, por su celo y actividad, pero también por el espíritu conciliador. San Ignacio lo llamó a Italia, luego lo envió a Sicilia a fundar el primero de los famosos colegios, después a Bolonia a enseñar teología, para volverlo a enviar a Alemania, en donde durante treinta años, como superior provincial, empleó sus mejores energías en una época tan difícil marcada por la ruptura de la iglesia protestante. Se lo llamó con razón segundo apóstol de Alemania (el primero fue San Bonifacio).

Como escritor no sólo se dedicó a las obras de erudición, sino también y sobre todo a las catequéticas, adaptando la enseñanza a las capacidades de pequeños y de grandes. San Pío V le ofreció el cardenalato, pero Pedro Canisio 1e pidió al Papa que lo dejara en su humilde servicio a la comunidad, empleando el tiempo en la oración y en la penitencia. Murió en Friburgo (Suiza) el 21 de diciembre de 1597. En 1925 fue canonizado y declarado doctor de la Iglesia.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Festividad de San Willibrordo


Obispo misionero.

San Willibrordo (658-739) nació en Northumbria, en el norte de la actual Inglaterra, en una época en que no toda la Gran Bretaña estaba cristianizada.

Desde muy joven edad, San Willibrordo fue enviado por su padre para su formación a la abadía de Ripon, donde el muchacho fue discípulo de San Wilfrido.

Posteriormente estudió doce años en Irlanda, en la abadía de Rathmelsigi, que probablemente corresponde a la actual Mellifont, con San Egberto y San Wigberto.

Luego de prepararse especialmente para realizar misiones de evangelización, en 690 San Wigberto partió con una docena de compañeros hacia Frisia, en la actual Holanda, para predicar ahí entre los paganos. Las dotes de organizador, la tenacidad, paciencia, audacia, valentía y santidad de Willibrordo van consiguiendo una comunidad de cristianos, convertidos y preparados en la fe uno a uno, ayudado por sus monjes.

En 693, en una primera visita de San Willibrordo a Roma, el papa San Sergio I aprobó absolutamente su labor misionera, y en la segunda visita, tres años después, lo consagró como arzobispo de los frisones con sede en Trajectum, la actual Utrecht.

De este modo, San Willibrordo fue el primer delegado nombrado directamente por el papado en su representación, y fungió como intermediario entre el papa y los miembros de la dinastía carolingia en Europa. También fue el primer misionero anglosajón que predicó en el continente europeo.

Al regresar a los Países Bajos, una dama noble, Irmina de Ohren, le cedió una gran porción de terreno en Echternach, en lo que hoy es Luxemburgo, para establecer ahí un monasterio y contar con una sede para organizar más misiones, por ejemplo a Frisia Oriental y a Dinamarca.

Durante el breve reinado del rey frisón Radbodo, de 716 hasta su muerte en 719, quien pretendió restablecer los cultos paganos, toda la labor de San Willibrordo estuvo a punto de venirse abajo.

Apoyado por el mayordomo franco Carlos Martell en lo político, y por San Bonifacio en lo práctico, a partir de 719 San Willibrordo retomó su labor con renovados bríos y prosiguió incansable veinte años más.

Sin perder su entusiasmo, pero vencido por su avanzada edad, San Willibrordo falleció en el monasterio de Echternach.

A San Willibrordo se le conoce también como el “Apóstol de Frisia”. Es el santo patrono de Luxemburgo.

San Willibrordo nos enseña el valor de las misiones fructíferas.