martes, 31 de mayo de 2011

Padre y Pastor, también en Barcelona

Aquí vemos a nuestro Sr. Obsipo, Mons. Juan Carlos Vera, en casa de la familia Tarrés, en Barcelona. Tuvo la gentileza de visitarnos, por segundo año, para comprobar de primera mano el estado de salud de la Sra. Ana Pampliega, la madre de vuestro colaborador administrativo (Joan), en el área de Comunicación de la Prelatura. El año pasado, se encontraba todavía convaleciente de una grave intervención. Este año, mucho más reestablecida, gracias a Dios, y a las oraciones del Sr. Obispo.

Durante su visita, y tras una breve charla muy amigable, tuvimos la oportunidad de rezar juntos. También le trajo la Santa Comunión y la bendijo. Una muestra más, de su espíritu de Pastor... allá donde el Señor mejor le guía.

Antes de despedirnos, le hicimos entrega de los Gozos y Alabanzas a la Virgen del Buen Paso. Dichos gozos, son una tradición muy arraigada, en tierras catalanas, desde hace varios siglos. Tienen el formato de poesía, y se leen o cantan en honor a la Virgen el día de su festividad. Dicho trabajo, es fruto del estudio de investigación mariana realizado, y la posterior traducción del catalán al castellano, de los Gozos y Alabanzas a la "Verge del Bon Pas", encontrada por unos arrieros en un riachuelo de la ciudad de Barcelona, en 1847. El Sr. Obispo quedó gratamente sorprendido y muy feliz, deseando compartirlo cuanto antes en la Prelatura de Caravelí, y establecerlo así, como nueva tradición y motivo de mayor devoción a la Virgen del Buen Paso. Que así sea.

Tras finalizar su visita, el Sr. Obispo y Joan, regresaron a la parroquia de Nta. Sra. de los Ángeles. Allí tuvieron una sesión de trabajo muy intensa, sobre los contenidos y posibilidades pastorales, del blog de la Prelatura. Doy testimonio que el Sr. Obispo, se ganó otro pedacito de cielo, al "soportar" mis explicaciones al respecto :)

Producto de ello, surgió su iluminación, en el deseo de tratar de localizar y conservar en el tiempo algunos vídeos de JP II en sus viajes al Perú, lo que acabó siendo el germen de la actual y muy visitada: Prelatura TV.

Oraciones a la Santísima Virgen

Memorare
Acordaos: "Acordaos, oh, piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección implorando tu auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén."

Sub tuum
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa María Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, ante bien líbranos de todos los peligros, oh Virgen gloriosa y bendita.
Amén.

El Padre Bernard, apodado el pobre sacerdote, era uno de los más fieles servidores de María. Creía deberle su conversión y su vocación al estado eclesiástico. La llamaba siempre su buena made. Había hecho imprimir en varios idiomas una oración de san Bernardo: el Memorare. Distribuyó durante su vida 200,000 ejemplares, y por medio de esta oración, operó una infinidad de cosas maravillosas.

Recitemos estas oraciones frecuentemente y con fervor, la Santísima Virgen nos tomará bajo su poderosa y maternal protección.

Consagración a la Santísima Virgen compuesta por san Luis Gonzaga
Virgen Santa, María, mi guía y mi Soberana, vengo a arrojarme en el seno de tu misericordia, y de poner desde ahora y para siempre mi alma y mi cuerpo bajo tu salvaguarda y bajo tu protección maternal. Te confío y pongo entre tus manos todas mis esperanzas y mis consuelos, todas mis penas y mis miserias, lo mismo que el curso y el fin de mi vida, para que, mediante tu intercesión y tus méritos, todas mis obras sean hechas según tu voluntad y con miras a complacer a tu divino Hijo.
Amén.

Traducido del francés, por José Gálvez para ACI Prensa

lunes, 30 de mayo de 2011

El Ave María y el Ángelus

Salutación angélica: Se llama Salutación angélica al Ave María, porque contiene el saludo del arcángel Gabriel a María. Esta bella oración  se convirtió en las costumbres de la vida cristiana, en casi inseparable del Padre Nuestro, que Nuestro señor nos enseñó y que por ese motivo llamamos Oración Dominical. La Salutación angélica tiene dos partes: la primera se compone de las palabras del ángel y las de santa Isabel a María. Según lo destaca Santo Tomás, no era la primera vez que un ángel había sido enviado a la tierra. Abrahán y los patriarcas habían recibido la visita de esos mensajeros celestes; pero los ángeles nunca se inclinaron delante de ellos, porque por su naturaleza, el ángel es superior al hombre. Cuando Gabriel se vio delante de María, portador del gran secreto de la encarnación, descubre en ella a la reina del cielo y de a tierra, y se inclina diciendo: Salve María, llena de gracia, el Señor está contigo, y bendita tú eres entre todas las mujeres”. Santa Isabel agregó en la visita que le hizo María: “Y bendito es el fruto de tu vientre”. La segunda parte de la salutación angélica fue compuesta por la Iglesia. María es llamada Madre de Dios, es el título que le concedió el concilio de Éfeso, cuando condenó la herejía de Nestorio. Se cree que fue san Cirilo de Alejandría, de acuerdo con el concilio que presidía, quien compuso la última parte de esta conmovedora oración: “Santa María, etc”.

Angelus: La Encarnación es don de Dios por excelencia. La Iglesia, para reconocer y celebrar esta bendición, estableció una fiesta que es la de la Anunciación. Pero también hizo más, estableció una voz que recuerda sin cesar al mundo el mensaje del ángel, la humildad de María y el abajamiento del Verbo. Es la voz de la campana, que ha recibido esta bella y dulce misión. Los tres Ángelus de cada día serán la expresión del reconocimiento y del amor del hombre hacia la Santísima Trinidad; y los nueve golpes de la campana nos conducirán a la misteriosa invitación de nueve coros angélicos, que se unen a nosotros para adorar al Verbo encarnado en María.

Ejemplo
En Alemania, un culpable, condenado a la pena de decapitación no quería escuchar hablar de la confesión. Un padre jesuita empleó todos los medios para convertirlo; le rogó, le lloró, se arrojó a sus pies; pero viendo que perdía su tiempo, le dijo: recitemos juntos el Ave María. Una vez que el criminal lo hizo, cayeron abundantes lágrimas de sus ojos; se confesó, penetrado de dolor, no quiso morir sin abrazar estrechamente la imagen de María.

Santa Germaine, recitaba el Ángelus con una fidelidad verdaderamente destacable. Al primer golpe de la campana, se ponía de rodillas, donde se encontrara; se la vio arrodillar, a menudo en medio de la nieve y del barro, sin perder el tiempo en buscar un lugar mejor, y si la campana se hacía oír cuando atravesaba el arrollo que baña el territorio de Pibrac, sin dudarlo, se ponía de rodillas en el agua y hacía su oración.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

domingo, 29 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (26)

Agnus Dei qui tollis percata mundi
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Ahora bien, Jesucristo es el verdadero Cordero que ha sido inmolado por los pecados del mundo; porque todos los sacrificios y las oblaciones de la antigua ley eran insuficientes para borrar los pecados, tal como lo explicó el Apóstol en su Epístola a los Hebreos, capítulo X, diciendo: es imposible que la sangre de los toros y de los machos cabríos quiten los pecados, hacía falta otra víctima: era necesario que un Dios reparara el ultraje que el pecado había hecho a Dios. Por eso, san Pablo, en la Epístola antes citada, escribió que el Hijo de Dios, al entrar a este mundo dio a su divino Padre: No quieres hostia ni oblación, pero me formaste un cuerpo; para hacernos comprender que Jesucristo era la única víctima digna de agradar a Dios y de reconciliarnos con Él.

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor.

Agnus Dei qui tollis percata mundi
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Sabemos que san Juan, en su Apocalipsis, capítulo V, siendo raptado en espíritu, vi un cordero como degollado, en medio de un trono, rodeado de cuatro animales y de veinticuatro ancianos que se prosternaban delante de él, y que millares de ángeles decían en alta voz. El Cordero que ha sido degollado es digno de recibir poder, divinidad, sabiduría, fuerza, honor, gloria y Ahora bien, este cordero designaba a Jesucristo que es el Cordero de bendición. Dios, degollado desde el comienzo del mundo.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos Señor.

Agnus Dei qui tollis percata mundi
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo. Leemos en el capítulo XV del Apocalipsis que san Juan vio siete ángeles que sostenían siete copas de oro llenas de la cólera de Dios, listos a derramarlas sobre la tierra. Ahora bien, se ha representado la última imagen de esos siete ángeles cerca del Cordero de Dios, para significar que Jesucristo, siendo el Cordero de Dios inmolado por los pecados del mundo, satisfizo la venganza divina y que las plagas de la cólera de Dios que encerraban las siete copas han sido desviadas de la superficie de la tierra por el mérito de la efusión de su preciosa Sangre.

Ejemplo
San Juan Nepomuceno, vino al mundo en un estado desesperado, y no debió la conservación de su vida sino a la protección de la Santísima Virgen, que era invocada por sus piadosos padres en la iglesia de un monasterio vecino. Este primer favor de María era un feliz presagio para el porvenir: le siguieron la piedad, el celo, la habilidad en la conducción de almas. Juan, por su lado, se mostró digno de las bondades  de su divina benefactora, por su viva gratitud y por su confianza filial, que le testimonió frecuentemente, pero sobre todo en la circunstancia gloriosa que lo hizo célebre para siempre. Urgido por el cruel Wenceslao para que revelara la confesión de la emperatriz, su esposa, y entregado por su negativa, al verdugo, recurrió a María y no dejó de invocar su santo nombre junto al de su divino Hijo mientras se le atormentaba. Salió vencedor de esta primera prueba, pero previendo que su perseguidor no se detendría ahí, redobló su fervor hacia la Santísima Virgen y se preparó para el martirio, que en efecto tuvo la dicha de sufrir la noche siguiente.

Dirijámonos a Jesús, por la intercesión de María y obtendremos el perdón de nuestros pecados.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

sábado, 28 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (25)

Regina Sacratissimi Rosarii
Reina del Santo Rosario. El Rosario es una cierta fórmula de oraciones en la cual distinguimos quince decenas de salutaciones angélicas, entremezcladas con oraciones dominicales. En cada una de esas decenas meditamos sobre los misterios. Estos misterios son en total quince, conformados en tres series: cinco misterios gozosos que son: 1) La Encarnación, la Visitación de la Santísima Virgen, la Natividad de Nuestro señor, La Presentación en el Templo y  el Encuentro de Jesús en medio de los Doctores 2) Cinco misterios dolorosos que son, el sudor de sangre en el Huerto de los Olivos, al Flagelación, la Coronación de espinas, Jesús cargado con la cruz y la Crucifixión. 3) Cinco misterios gloriosos que son: La Resurrección, la Ascensión, La venida del espíritu santo Paráclito, La Asunción de la Santísimima Virgen y su Coronación como reina de cielos y tierra. Se puede dividir el rosario en tres series de quince decenas cada uno, y en ese caso, se tiene cuidado de tomar alternativamente por asunto de meditación las tres series de misterios.

El Termino rosario significa corona de rosas. Era costumbre en oriente ofrecer coronas de rosas a las personas que se proponía honrar, y los cristianos de complacían en ofrecer estos presentes a la Santísima Virgen y a los Santos. San Gregorio Nacianceno sustituyó la corona material de rosas por una corona espiritual. Santa Brígida, en el siglo siguiente, tuvo la idea de poner esta corona al alcance de todos, haciéndola componer de las oraciones más ordinarias de la Iglesia. Pero el uso de recitar quince Pater y quince Ave María, se remonta a Santo Domingo.

Ejemplo
San Carlo Borromeo tenía la más viva y la más tierna devoción por la Santísima Virgen, que recitaba todos los días, de rodillas el rosario y el oficio de esta Gloriosa Virgen; ayunaba, además, con pan y agua, en las vísperas de Nuestra Señora. Nadie fue más exacto que él en saludarla a la indicación de la campana; porque si se encontraba en la calle, aunque estuviese cubierta de barro, no dejaba de ponerse de rodillas cuando la campana advertía que era hora de recitar el Ángelus. Quiso tener en su catedral una capilla y una cofradía del Rosario. Mandaba hacer, además, todos los primeros domingos del mes una procesión solemne, en la que se trasladaba con mucha pompa una pintura de la Santísima Virgen; quiso que fuese la protectora de todas las fundaciones que hizo; ordenó que en toda su diócesis se honrara, con gestos de respeto, el sagrado nombre de María, ni bien se le escuchara pronunciar; hizo colocar en todas las portadas de todas las Iglesias parroquiales de su jurisdicción una imagen de la Madre de Dios, para hacer comprender al pueblo que no se puede entrar al templo de la gloria eterna sin el favor de aquella a la que la Iglesia llama puerta del cielo.

Rezando el Rosario, pensamos en los misterios del Rosario.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

viernes, 27 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (24)

Regina sine labe originale concepta
Reina concebida sin pecado original. Amadísimos hermanos, dice Bossuet, ¿que les parece? ¿Qué piensan de esta doctrina?... Para mí, cuando considero al Salvador Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, entre los brazos de la Santísima Virgen o tomando su leche virginal, o reposando dulcemente en su seno, o encerrado en sus castas entrañas. Cuando miro lo incomprensible así encerrado  y esta Inmensidad como resumida, cuando veo a mi Liberador en esa estrecha y voluntaria prisión, me digo algunas veces: ¿Se podría hacer que Dios abandonara al diablo, aunque no fuese sino un momento ese templo sagrado que destinaba a su Hijo, ese santo tabernáculo, donde tomó un largo y admirable reposo, ese lecho virginal, donde celebró sus nupcias del todo espirituales con nuestra naturaleza? Es de esta manera que hablo conmigo mismo. Luego, volviéndome hacia el Salvador; Niño bendito, redigo, no sufras más, no permitas que tu Madre sea violada! ¡Ah si Satán osara abordarla, mientras que, permaneciendo en ella, haces un paraíso, cuántos rayos harías caer sobre su cabeza! Con qué celo defenderías el honor y la inocencia de tu Madre. Pero ¡Oh Niño bendito!, por quien los siglos fueron hechos, tu estás antes de todos los tiempos. Cuando tu Madre fue concebida, la miraste desde lo más alto de los cielos; tu mismo formaste sus miembros, fuiste tu quien le dio el soplo de vida, que animó esa carne de la que saldría la tuya. ¡Ah! date cuenta, Sabiduría eterna, que en este mismo momento, va a ser infectada con un horrible pecado; va a ser la posesión de Satán. Desvía está desgracia por tu bondad, comienza por honrar a tu Madre, haz que le aproveche tener un Hijo que está antes que ella, porque finalmente, bien entendido todo, ella ya es tu Madre y tú ya eres su Hijo.

Ejemplo
El célebre Alejandro de Halès, que fue una de las lumbreras de la Universidad de París, experimentó, en su persona misma, el interés que la Santísima Virgen tiene en la gloria de su Inmaculada Concepción. Ese gran teólogo, siendo doctor y profesor en París, no se preocupaba por celebrar esta fiesta, porque tenia sus duda acerca de la verdad del misterio de la Concepción inmaculada; pero Dios permitía que cada año, el ocho de diciembre, día de esta fiesta, cayera enfermo y que sufriera grandes dolores. Esto, habiendo ya ocurrido varios años seguidos, fue percibido por sus alumnos como una circunstancia singular, ya que coincidía siempre cada año el mismo día; le aconsejaron abrazar la firme creencia en el misterio de la Concepción pura y sin mancha de la Madre de Dios. Se resolvió a ello, e hizo el voto que si el Señor le concedía la gracia de librarlo de esta enfermedad anual, escribiría un libro en honor de la Inmaculada Concepción. Este voto detuvo inmediatamente el curso de sus enfermedades. Toda la Facultad de Paris, que fue testigo, se alegró de la salud de su maestro; satisfizo su promesa y compuso una obra en honor de la Santísima Virgen. Se empeñó, particularmente, en  sostener el privilegio de su santísima concepción; relató el prodigio ocurrido a su persona; finalmente, se retracto de todo lo que pudo decir o escribir en contra de ese glorioso misterio de María concebida sin pecado.

Conservemos nuestro corazón puro, o purifiquémosle mediante la penitencia, si hemos tenido la desgracia de ofender a Dios; ganaremos así el Corazón de la Virgen Inmaculada.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para Aci Prensa.

jueves, 26 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (23)

Regina apostolorum
Reina de los apóstoles. El título de reina de los apóstoles, conviene tanto a María que si los apóstoles instruyeron a los pueblos de toda la tierra ellos lo fueron por María; porque según san Bernardo, los apóstoles recurrieron a ella en sus dudas y cuando querían estar seguros de las intenciones de Jesucristo sobre algún punto de su creencia. Por otro lado, si cada uno de ellos destruyeron el paganismo en la parte del mundo que le correspondió por la partición que hicieron entre ellos. María disipó y disipa todavía las herejías en todos los países del mundo. Alégrate Virgen María, tú sola destruyes las herejías en todo el universo.

Regina martyrum
Reina de los mártires. No se podría honrar a María como se debe si no se la reconoce como Reina de los mártires, porque aunque ella no haya derramado su sangre por la confesión de la fe, sin embargo sufrió con más confianza y amor que todos los mártires. Y por  decirlo todo con una sola palabra, sufrió en corazón maternal todo lo que el Rey de los mártires, Jesucristo, su divino hijo, soportó en su carne inocente. Reina de los mártires ruega por nosotros

Regina confessorum
Reina de los confesores. Pues sí, se llama confesores a aquellos que confesaron a Jesucristo, ¿se rehusará el título de Reina de los confesores a la que confesó con una firmeza y una constancia incomparablemente superior a la suya? Ella lo siguió no sólo en medio de los oprobios y tomentos de su Pasión, sino que subió generosamente al Calvario con Él, para verlo consumar el sacrificio de nuestra redención. Los apóstoles habían reconocido a Jesucristo como Hijo del Dios vivo, pero en el tiempo de la Pasión, infieles a la confesión de su fe, la disimularon y escaparon. No ocurrió así con María, que siempre constante y fiel, lo reconoció como su Dios en todo el curso de su Pasión y sobre la Cruz.

Regina Virginum
Reina de las vírgenes. De todos los títulos, honores y alabanzas que se da a María, el de Reina de la Vírgenes le conviene por excelencia, porque ella es el prototipo de la virginidad, ya que fue la primera que se comprometió por un voto de virginidad perpetua. La virginidad, antes de su tiempo, era tan despreciada que la hija de Jefté, estando a punto de ser inmolada por su padre, antes de haberse casado, fue a llorar su virginidad a los montes. Pero desde que María elevó la gloria de la pureza virginal, se vio consagrarse a millones de vírgenes, a Jesucristo como a su único esposo según esas palabras del profeta en el salmo XLIV: Después de ellas, conducirán vírgenes al Rey.

Regina sanctorum omnium
Reina de todos los santos. Finalmente, el título de Reina de todos los santos que la Iglesia da a María, encierra las más grandes alabanzas que sea posible darle, porque anuncia que es superior a los santos de todos los órdenes. En efecto, María conforma un orden separado en el cielo; y para juzgar el alto punto de su gloria, hay que remarcar que Dios glorificó a su propia Madre. Por ese motivo se ha representado a los ángeles y a los santos de todo orden ofreciendo a María sus coronas, para significar que ella reina en el cielo por encima de ellos.

Ejemplo
Una peste terrible despoblaba la ciudad de Roma, el Papa san Gregorio Magno había predicado la penitencia, ordenado oraciones públicas, hecho votos, pero la peste continuaba sus estragos, hasta que tomó el partido de volver se directamente hacia la Madre de Dios, y ordenó que el clero y el pueblo fuesen en procesión general a la Iglesia de Nuestra Señora, llamada Santa María la Mayor, y que se llevara por toda la ciudad la imagen de la Santísima Virgen, pintada por san Lucas. Esta procesión detuvo perfectamente el curso de esta calamidad. Fue maravilloso ver que por todos los lugares donde la imagen pasaba, cesaba la peste cesaba enteramente; y antes del fin de la procesión se vio sobre la terraza de Adriano, hoy llamada Castillo del Santo Ángel, un Ángel en forma humana que guardaba una espada ensangrentada en su vaina. Al mismo tiempo se escuchó a los ángeles cantar esta antífona de la Santísima Virgen. Regina Coeli, laetare alleluia, etc. El Santo Pontífice agregó: ora pro nobis, Deum, ruega a Dios por nosotros; y la Iglesia ha empleado siempre desde entonces esta oración para saludar a la Santa Virgen en tiempo de Pascua.

Sirvamos a María, como nuestra reina, ella no se dejará vencer en generosidad.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (22)

Regina angelórum
Reina de los ángeles. Si se da a María el título glorioso de Reina de los Ángeles es porque en calidad de Madre del Creador y del soberano Señor de los cielos, sobrepasa en gloria a todas las inteligencias celestes. Es lo que reconoce la Iglesia cuando canta, en el día de la Ascensión de la Santa Virgen: La Santa Madre de Dios se elevó al Reno del os cielos por encima de todos los ángeles. También los ángeles con un afecto digno de las complacencias de Dios mismo, no dejan de expresarle la ternura de sus sentimientos que los animan, mediante exclamaciones de alegría y exclamaciones de alegría y de alegría en las bendiciones que le dan.

Regina Patriarchárum
Reina de los patriarcas. Si Noé, Abrahán y los antiguos Padres que vivieron, hasta tiempos de Moisés, son llamados los Patriarcas del Antiguo Testamento, para que fueran los primeros jefes de familias, donde se conservó fielmente el recuerdo de Dios: y si se llama a San Agustín, San Benito y otros fundadores de Órdenes religiosas los Patriarcas del Nuevo testamento, porque son los jefes y como padres de las familias religiosas que se dedicaron especialmente al servicio de Dios, es a justo título que se da a María la calidad de Reina de los Patriarcas, porque siendo la Jesucristo que es el Rey de los patriarcas, el autor y consumador de la fe, ella es por esta calidad la Reina de los Patriarcas de la antigua y de la nueva ley.

Regína profetárum
Reina de los profetas. Si a partir del texto del Apocalipsis, capítulo XIX, el testimonio que se rinde a Jesucristo es el espíritu de profecía, María ¿no debe ser mirada como la Reina de los profetas puesto que ella rindió incomparablemente un testimonio de Jesucristo mayor que el que rindieron los profetas, porque ella lo engendró, lo reconoció como su Dios y siguió en todos los pasos de su Pasión, hasta el pie de la Cruz.

Ejemplo
San Francisco Javier, apóstol de las Indias y del Japón, no se demoró en ceder a los requerimientos de la gracia, que sintió nacer al mismo tiempo en su corazón, un tierno amor por María y un vivo deseo de imitarlo. Con miras a honrar su pobreza, y de afirmarse en esta virtud que miraba como indispensable para un obrero evangélico, eligió, para prepararse, mediante un retiro de horas, para celebrar su primera misa, un reducto abandonado que le representaba  el establo de Belén. Su amor por María fue siempre en aumento: le encomendaba todas sus empresas; alentaba a todos a hacer lo mismo. Dios justificó su confianza, y aprobó sensiblemente su celo concediendo a menudo milagros con solo tocar su Rosario. Desligado de todo en la muerte tal como fue en la vida, y abandonado por sus amigos en un río lejano, este hombre apostólico encontró su consolación en María, no dejando de dirigirle a ella hasta su último suspiro, estas palabras; Mostra te esse Matrem.

María, nuestra Madre es reina, invoquémosla con confianza.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

martes, 24 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (21)

Consolatrix afflictórum
Consoladora de los afligidos. ¿No tenemos incontables efectos de los milagrosos efectos de la protección de María? ¿No hay una gran cantidad de monumentos erigidos en su honor como reconocimiento de los desventurados que auxilió? ¿Existe algún hombre que haya reclamado su asistencia en vano? Su caridad es tan solícita que nos asiste, a menudo, en nuestras necesidades, sin esperar que la invoquemos, un solo pensamiento, un solo deseo de implorarla basta para que comience a asistirnos.

Auxilium christianórum
Auxilio de los cristianos. La gratitud que los cristianos tienen a María, favorecidos en todo tiempo con su protección, les ha inspirado llamarla su auxilio, compararla con una torre fortificada, y mirarla como asilo seguro contra todos sus enemigos. Y la Iglesia, aprobando este testimonio de su gratitud hacia su protección, y considerando los poderosos auxilios que el pueblo cristiano ha recibido siempre de la Virgen, le dirige las palabras que se lee en el capítulo IV del Cantar de los cantares. Tu cuello es como la torre de David que está edificada con bulevares; mil escudos cuelgan de ella, y todas las armas de los más valientes.

Ejemplo
Fue delante de una imagen de la Santísima Virgen y merced a su protección que San Francisco de Sales obtuvo la liberación de una pena interior, la más grande que se pueda experimentar. Mientras estaba en su período de estudios, pensó que era un réprobo que estaría por siempre desterrado de la vista de Dios; era como si estuviese persuadido. Uno pude imaginar qué tormento tan cruel debía ser este pensamiento para un alma tan cercana a Dios como la suya. Se consumía a ojos vista, enflaquecía y palidecía enes tremo. En esa situación tan afligida, recurrió a la Santísima Virgen; se prosternó delante de su imagen, formó estos generosos sentimientos. “si soy tan desventurado para merecer estar siempre en la desgracia de mi Dios, quiero al menos tener el consuelo de amarlo con todo el corazón durante mi vida entera: sí, mi Dios, si no puedo amarte después de mi muerte, quiero amarte doblemente mientras viva. Estando en estos pensamientos, ni bien miró la pintura de la Madre de Gracia para interesarla en su destino, en el mismo momento, se sintió aliviado y totalmente liberado de su pena, de suerte que su rostro retomó los colores y su serenidad en el lugar mismo de la oración.

Hacia fines del siglo XVI, la cristiandad estuvo amenazada por los turcos con una desolación general, y el Papa Pío V alentó a los fieles a poner toda su confianza en María. Toda Europa se puso a orar y se acudió de todos los lugares a Nuestra Señora de Loreto, para implorar la asistencia de la Madre de Dios. Desde entonces el piadoso pontífice no dudo en la victoria. Fue una de las más gloriosas y completas. El Papa que había recibido  una revelación, estaba personalmente persuadido de que era efecto de la protección de la Santísima Virgen, que instituyó para esta ocasión una nueva fiesta en su honor, que es la del Rosario, e hizo agregar a las letanía la invocación: Auxilium christianorum.

En las aflicciones y en las  dificultades, recurramos a Nuestra Madre del cielo.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

lunes, 23 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (20)

Salus infirmórun
Salud de los enfermos. Para rendir homenaje al poder de María, se la llama Salud de los enfermos, porque teniendo todo poder ante aquel de quien el profeta dijo en el salmo CII: Es el que cura todas la enfermedades, el que devuelve la salud a los enfermos que lo invocan; porque si Jesucristo dio a los apóstoles el poder de curar a los hombres de toda clase de enfermedades, ¿quién dudará que la Madre de Dios, de quien dice el Salmo LXXXVI: Se ha dicho de ti cosas gloriosas, ¡Oh ciudad de Dios!  Tenga el mismo poder? ¿Quién dudará en creer que su poder sea igual a la gloria que goza en el cielo?

Refugium peccatórum
Refugio de los pecadores. Es cierto que los pecadores, según san Juan, encuentran en Jesucristo un abogado delante del Padre celeste, que compadecido de nuestras enfermedades intercede por ellos, pero como después de haber ofendido al mismo Jesucristo, temen la cólera de Cristo, no les queda sino María como refugio en su desventurado estado. Es lo que ella parece ofrecer, siguiendo las palabras del salmo LXXXVI, que se pone en sus labios. Me acordaré de Rahab de Babilonia, que me conocerán. Promesa verdaderamente consoladora para los pecadores que han sido figurados mediante los nombres de estas dos ciudades. Abrochémonos a ella con confianza, reconozcamos su ternura, y encomendándonos a su recuerdo, pidámosle que nos obtenga el perdón de nuestros pecados.

Ejemplo
El V. P. Bernard, ese célebre sacerdote tan célebre en París en el siglo XIX, por su caridad hacia los prisioneros, y por su devoción a la Santísima Virgen, conducía al patíbulo a un hombre condenado a ser colgado: este desventurado, a sus crímenes anteriores, agregaba ahora horribles blasfemias contra Dios. Aunque hubiese colmado la paciencia de aquellos que lo habían exhortado, el Padre Bernard no se desalienta; sube con él hasta el cadalso, y empeña con él todo el celo posible, y como quiso abrazarlo, el malvado lo rechazó de un puntapié, y furioso, lo arrojó al pie de la escalera, sobre el empedrado. El Padre Bernard, aunque herido, se levanta, se arrodilla y en invoca a su potente Mediatriz, por su oración ordinaria: Memorare, o piisima! Etc. ¡Admirable efecto de su protección! La oración no había terminado y se vio al sentenciado estallar en lágrimas de penitencia, convertirse, pedir perdón, confesarse y edificar con su arrepentimiento, tanto como había horrorizado por su obstinación.

Si tenemos la desventura de ofender a Dios, recurramos a María, refugio de los pecadores, roguemos por la conversión de las almas que nos son queridas.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

domingo, 22 de mayo de 2011

La Virgen de la Nieves

y la Basílica de Santa María la Mayor

«Asperges me, Domine, hyssopo et mundabor, lavabis me et super nivem dealbabor» — “Me rociarás, Señor, con el hisopo y seré purificado, me lavarás y quedaré más blanco que la nieve” (Sal. 50, 9).

Pablo Luis Fandiño
La nieve está estrechamente vinculada con la idea de inocencia y de pureza, y ambas lo están con la Virgen Santísima. ¡Quién no se ha maravillado al ver nevar por primera vez! En muchos lugares de Europa, es común que caiga nieve en invierno, pero que ello suceda en el auge del verano es algo totalmente insólito. Sin embargo, esto fue lo que sucedió en la Ciudad Eterna, la noche del 4 al 5 de agosto del año 358. Lo más sorprendente es que no nevó en toda la ciudad, sino apenas en un espacio perfectamente delimitado del Monte Esquilino, una de las siete colinas sobre las que se erguía la antigua Roma.

El sueño del patricio, obra de Bartolomé Esteban Murillo, que se conserva en el Museo del Prado, y en la cual se recrea el anuncio de la Virgen a Juan Patricio y su esposa del milagro que ha producirse.
Aquella misma noche, la Madre de Dios reveló a un patricio romano llamado Juan y a su esposa de igual nobleza el motivo de tal prodigio. El piadoso matrimonio, a pesar de haber sido bendecido por el Señor con una fe vigorosa y abundantes bienes, no había tenido descendencia. Razón por la cual declararon a la Santísima Virgen su heredera, suplicándole a través de la oración que les comunicara el destino que debían dar a su fortuna. La respuesta llegó milagrosamente, indicándoles durante el sueño que debían mandar a construir en el lugar señalado por la nieve una iglesia dedicada a la bienaventurada Virgen María.
Simultáneamente, la decisión celestial le fue comunicada —nada menos que— al Papa Liberio.

Así fue que al día siguiente, el Soberano Pontífice y el ilustre matrimonio, acudieron junto al clero y el pueblo en procesión hasta la colina nevada.
Agradecieron a la Madre de Dios por atender sus súplicas y trazaron el perímetro de la iglesia sobre la nieve donde, a expensas de Juan y de su esposa, se levantó el primer templo.
Inicialmente recibió el nombre de basílica liberiana en honor al Papa Liberio, luego de Santa María del Pesebre —a causa de las reliquias de la gruta de Belén que Santa Elena trajo a Roma y que actualmente se conservan en la cripta de la basílica—, pero por mucho tiempo se la llamó de Nuestra Señora de las Nieves.

El Papa Sixto III emprendió su restauración del año 432 al 440, después del Concilio de Éfeso, que proclamó a la Virgen María como Madre de Dios. “Pero, habiendo sido construidas en la ciudad numerosas iglesias bajo la invocación de la Santísima Virgen María, para que la basílica —que excedía en dignidad a las demás del mismo nombre, debido al brillo de su milagroso origen— fuese también honrada por la excelencia de su título, la designaran con el de Santa María la Mayor”.1 Se trata, pues, de una de las cuatro basílicas mayores, junto con San Pedro del Vaticano, San Pablo de Extramuros y San Juan de Letrán, que se caracterizan —entre otras cosas— porque en su altar mayor sólo puede celebrar el Papa.

En su interior se venera a Nuestra Señora bajo la popular advocación de Salus Populi Romani, por haber librado a la ciudad de Roma en diversas circunstancias de terribles calamidades.

Su devoción se irradió por los «cuatro suyos»
A la Virgen de las Nieves se la venera desde antaño en los más diversos lugares del Perú. Es titular de la catedral de Ayacucho; patrona de la ciudad de Huancavelica, de la provincia de Siguas (Ancash) y de San Bartolomé de Tinta (Cusco); es festejada en Tinyahuarco (Pasco), en la Tinguiña (Ica) donde posee templo, y en Mallay (Oyón-Lima) con baile de negritos; etc.

En el acta de fundación de la Villa Rica de Oropesa consta que, en 1571, ya existía en el lugar una capilla dedicada a Nuestra Señora de las Nieves, en la que se celebraban los oficios divinos. Según refiere el cronista Fernando de Montesinos en sus Anales, la noche en que se definiría el patronazgo de la ciudad de Huancavelica, nevó tan abundantemente que toda la comarca, con excepción de la mencionada capilla, se cubrió de una espesa capa de nieve de una vara de altura, acordándose su elección por unanimidad.

Sin embargo en Ayacucho, la Mamacha de las Nieves es particularmente celebrada en Coracora, capital de la provincia de Parinacochas. Ahí se venera una imagen de bulto que data del siglo XVIII, traída de España y destinada inicialmente al Cusco; pero que una tormenta de nieve y la piedad de unos indios hizo permanecer en Coracora. A la solemne procesión, que sigue a la misa de fiesta y que es de rigor, nunca faltan los fuegos artificiales, las danzas tradicionales y las corridas de toros, con gran derroche.

Fiesta de Nuestra Señora de las Nieves en Coracora, Ayacucho
A comienzos del siglo XX, hubo en Yurimaguas (Loreto), donde evangelizaron los padres jesuitas, una acalorada disputa entre los devotos de la Virgen del Carmen y la Virgen de las Nieves, para determinar quién era la patrona de la ciudad. El pleito llegó hasta Roma, donde el Papa Pío XI ratificó en 1927 el patronazgo de Nuestra Señora de las Nieves. Una de las campanas de la iglesia matriz que data de 1764, lleva grabada esta inscripción: Santa María la Mayor.

La Virgen de las Nieves y el obispo Avendaño y Paz.
Pero la réplica más antigua de Nuestra Señora de las Nieves que hay en esta parte del continente, aunque fue confeccionada en Lima, no se encuentra en el Perú. Se trata de una imagen del siglo XVI que se conserva en la iglesia de El Sagrario, en la actual ciudad de Concepción, en Chile. Fue llevada allá en 1568 por el franciscano Fray Antonio de San Miguel Avendaño y Paz, primer obispo de la diócesis de la Santísima Concepción. Muchos años después, al ser designado para ocupar la diócesis de Quito, el obispo pretendió llevarse consigo la imagen, pero tal era ya la devoción que se le profesaba a la Virgen que “el pueblo (…) juntó cabildo, y en él resolvieron de ir a postrarse a los pies de su pastor, a pedirle que no los dejase desconsolados, llevándoles aquella prenda (…) El señor obispo (…) les dijo, que aunque le pedían la joya de su mayor estima, y un pedazo de su corazón, no se atrevía a negárselos, porque aquella imagen entendía había de ser el amparo de todo el Reino”.2

Una reflexión para nuestros días
Diecisiete siglos después del milagro de la nieve sobre el Monte Esquilino, aún su historia nos atrae y encanta. ¡Así son las obras de la Santísima Virgen! Pero también nos debe de llamar a reflexión la generosa actitud del patricio Juan y de su mujer. ¿Quién estará dispuesto hoy en día a legar su herencia a Nuestra Señora? ¿A quién se le ocurriría destinar, aunque sea una parte de su patrimonio, para erguir una iglesia en honra de María? ¿O lo que tanto hace falta, como ayudar a su restauración?

Cuántas veces nos causa asombro el accionar de las sectas anticatólicas, que se financian con abundantes recursos del exterior. Cuando nuestra pobre caridad se ciñe a dejar caer un par de monedas...

No creo que todo esté perdido; tengo una firme esperanza en el triunfo del Inmaculado Corazón de María prometido en Fátima. Pero vayamos al fondo. Si esta misma noche nevara en Lima, ¿habría alguien que siguiera hoy el ejemplo de desprendimiento del patricio Juan y de su esposa?

Notas.-
1. P. Rubén Vargas Ugarte  S.J., Historia del Culto de María en Iberoamérica y de sus imágenes y santuarios más celebrados, Madrid, 1956.
2. Alonso de Ovalle, Histórica Relación del Reino de Chile y de las misiones y ministerios que ejercita en la Compañía de Jesús, 1646.


Lugares de culto, en España:

Explicación de las letanías (19)

Iánua coeli
Puerta del cielo. Los fieles, llamando a María la Puerta del cielo, hablando siguiendo a los Padres de la Iglesia que le dieron es nombre. Esta cualidad le conviene tan perfectamente, que es en el dichoso momento en el que el Verbo divino se dignó encarnar en su casto seno que nos convertimos en los herederos del cielo y los coherederos de Jesucristo. Por eso, los patriarcas y los justos del Antiguo Testamento, detenidos en los limbos hasta el momento en que debían ser introducidos en el cielo por el vencedor del pecado y de la muerte, exclamaron sin cesar delante de María, según las palabras de San Agustín: “Virgen perpetua” Abre tu seno que es bermejo como una rosa, porque es tu fe la que abre y cierra los cielos”.

Stella matutína
Estrella de la mañana. Par conocer el motivo de dar a María el título de Estrella de la mañana, consideremos que al igual que las sombras de la noche huyen al momento en que esta estrella aparece y anuncia el nacimiento del sol; igualmente, María, mil veces más brillante que la aurora, apareció para anunciar el nacimiento del Sol de justicia  y para dar al mundo a aquel que debía traer la luz y la verdad, y disipar las tinieblas de la idolatría y de la ignorancia que cubrían casi todo el universo antes del nacimiento de su divino Hijo.

Ejemplo
San Francisco de Sales, Obispo de Ginebra, cuya rara modestia y vida ejemplar eran una imagen semejante a la de María, había recibido, desde su juventud, una prueba milagrosa de la protección de esta divina virgen, por la liberación súbita de una tentación de desesperanza espantosa. Su confianza en esta tierna Madre se redobló desde entonces, y no dejó de testimoniar su reconocimiento. Aunque encargado de dirigir una gran diócesis, ocupado de la predicación, de la dirección de almas, en la composición de las bellas obras con que enriqueció a la Iglesia, no se dispensaba de rezar diariamente el rosario. Una vez que se vio obligado a posponerlo hasta muy tarde, su vicario le hizo la observación que tenía una extrema necesidad de descanso, y que debía pasarlo para la mañana siguiente. Mi máxima, le contestó el fiel servidor de María, es no dejar nunca para el día siguiente lo que se puede hacer en el momento, y continuó su rosario hasta el final.

Recemos a menudo el rosario y la Santísima Virgen, después de nuestra muerte, nos introducirá en el cielo.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

sábado, 21 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (18)

Domus áurea
Casa de oro. Aunque esta comparación esté muy por debajo de la dignidad y de las virtudes de la Madre de Dios, no deja de tener el mérito de la justeza: ¿no se puede llamar Casa de oro a María, cuyo seno fue el tabernáculo del Hijo de Dios vivo? ¿Aquella que es la obra maestra de la Omnipotencia? Y como el oro es el símbolo de la pureza, María que es por siempre pura y está exenta de pecado, ¿no merece el título de Casa de oro?

Foederis arca
Arca de la Alianza. El arca de la alianza que siempre fue para los judíos el monumento más respetable de su religión, tiene tantas relaciones con María que la Iglesia la mira como una figura de la Madre de Dios. Efectivamente, trayendo a la memoria algunos objetos de comparación, hacemos notar que como las tablas de la antigua ley fueron conservadas en el Arca, el legislador de la nueva, Jesucristo, quiso estar durante nueve meses en el casto seno de María. Y si el Arca traía a los Israelitas los recuerdos de la Alianza que Dios había celebrado con ellos, María nos recuerda, también, la nueva alianza, que el hijo de Dios nos hizo contraer con su Padre, tomando en el seno de María la vida que entregó generosamente para rescatarnos.

Ejemplo
San Bernardo, célebre Abad de Clervaux, y el último de los Padres de la Iglesia, parece haber asumido el trabajo de reunir, en sus piadosos escritos, todo lo que en los siglos precedentes se había dicho de más bello y conmovedor sobre la Santísima Virgen, como si reuniera en su corazón todas las tiernos afectos de sus más fervientes servidores. No se puede leer lo que compuso en alabanza de la Virgen sin sentirse penetrado de respeto, de confianza y de amor por ella; y él mismo, lo estaba de tal manera, que el recuerdo de sus grandezas y sobre todo de su bondad, le hacía caer en éxtasis. Esta buena madre quiso mostrar sensiblemente en su persona cuánto atrae las bendiciones el coraje de abandonar los afectos de la naturaleza, en especial sobre aquellos que se parecía abandonar ya que toda su familia, primeramente tan opuesta a su retito, terminó por compartir con él sus santas dulzuras.

Roguemos a María llenar nuestros corazones de cariad con el fin de que sean una morada agradable a Jesús cuando baje a él en la Santa Comunión.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

viernes, 20 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (17)

Rosa mystica
Rosa Mística. Como la Rosa es, entre todas las flores, la flor que más gusta universalmente, tanto por su tierno colorido cuanto por su agradable olor, y por esta causa pasa por reina de las flores, de la misma manera María, llamada alegóricamente por la Iglesia Rosa Mística, es la Reina de los ángeles y de los hombres, porque sobrepasa a todas las criaturas, incluso a las más perfectas, por la explosión de su gloria y por el mérito de sus sublimes virtudes.

Turris Davídica
Torre de David. María es comparada con la Torre de David, porque esta torre fue antiguamente el más bello ornamento de Jerusalén por su elevada altura y por la belleza de su estructura. María, igualmente, un edificio espiritual que es, después de Dios, en la celeste Sión, el objeto más elevado y el más elevado por la bondad de sus virtudes. En efecto, considerando la grandeza de su dignidad y de los méritos preciosos de María, se comprende que la gloria de que goza en el cielo les sea proporcional; y que todo debe ser incomparablemente grande en aquella que según Agustín es la obra del eterno consejo, en tanto que, san Epifanes llama misterio del cielo y de la tierra

Turris ebúrnea
Torre de marfil. Es en la expresión del Espíritu Santo, que habla por el órgano de la Sabiduría, que la Iglesia encontró la comparación que se hace de ella, a una torre de marfil. En efecto; por que si comprendemos el sentido figurado, comprenderemos que Salomón escuchó alabar la pureza a María, cuyo brillo y cuya blancura no sólo entran claramente en comparación cola del marfil sino que la supera infinitamente.

Ejemplo
El nacimiento de San Luís Rey de Francia, se debió a María Madre de Dios y a la devoción del Santo Rosario. La piadosa Reina Blanca de Castilla, que fue la madre de este santo rey, lloraba largo tiempo su esterilidad. Santo Domingo, que vivió en la misma época, le aconsejó recurrir a la Santísima Virgen y que practicara el rezo del santo Rosario, y que obligara a las personas más devotas del Reino de hacer frecuentemente en su nombre este homenaje, y le hizo esperar el fruto de bendición de deseaba, por la protección de la Madre de Misericordia. Blanca siguió el consejo con felicidad y fidelidad. En virtud del santo Rosario y de la piedad de la virtuosa princesa obtuvieron pronto el efecto deseado. Tuvo un hijo, y en su hijo un rey, que puso la santidad sobre el trono, que consagró su corona por todas las virtudes cristianas; en una palabra, llevó a su tumba la vestidura de la inocencia bautismal, enriquecida por todos los méritos que hacen los santos y a los grandes santos.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

jueves, 19 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (16)

Vas spirituale
Vaso espiritual. El título de Vaso espiritual de la Iglesia dado a María no le conviene sólo relativamente al misterio de la Encarnación que se cumplió en ella; le conviene también respecto de las gracias de las que es vaso admirable. En efecto, María, habiendo sido premunida de todos los dones del Eterno desde su concepción, estuvo llena de gracia antes que el ángel le anunciara los designios del Altísimo sobre ella. Además, ¿qué tesoro de gracias llegaría a ser, cuando puso sus cuidados, durante toda su vida, en aprovechar los que ya había recibido? Por eso hay que convenir que de la misma manera que sobrepasa a todas las criaturas en santidad, las supera también en gracias.

Vas honorabile
Vaso honorable. Si el ostensorio, que sirve para exponer la Hostia consagrada es un vaso tan honorable que no está permitido tocarlo sino a los sacerdotes y a las personas consagradas a Dios, ¿María no es, con mayor razón, un vaso de mayor honor, ya que el Verbo divino se encarnó en su seno, y quiso habitar en él nueve meses?

Vas insigne deotinis
Vaso insigne de la devoción. La Iglesia compara a María con un vaso y la llama Vaso insigne de la devoción, porque fue colmada de sentimientos de piedad, que exhibió en todas las circunstancias de su vida, mostrando un fervor que sorprendía en todo lo referido al culto y al servicio de Dios. En efecto, su celo fue tan ardiente, que estuvo bien lejos de limitarse a la obligación indispensable, aplicándose en  buscar todas ocasiones de servirlo. Finalmente, puso todas sus delicias en pensar en Dios, a buscar a Dios en todo y a llevar todo hacia Él.

Ejemplo
San Alfonso María de Liborio fue, a la vez, uno de los más ardientes propagadores de la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María y uno de los más santos obispos de su tiempo. Animado con una confianza sin límites, se dirigió a ella en todas sus necesidades, y estaba seguro de obtener todo lo que pedía por su intercesión. Igualmente le complacía a María colmarlo con los favores más señalados; confesó, la víspera de su muerte que ella se le aparecía a menudo y le decía cosas admirables. Las obras que compuso en alabanza de la Santísima Virgen, llenas de un fuego divino y de una unción conmovedora, dan testimonio de su amor y del celo por ella.

Recurramos a María, ella nos concederá la verdadera devoción que consiste en el cumplimiento de todos nuestros deberes y en la aplicación de ser siempre agradable a Dios.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (15)

Sedes sapientiae
Trono de sabiduría. María mostró, a todo lo largo de su vida un espíritu de sabiduría perfecta, porque representándonos en el momento en que el arcángel le anunció el misterio de la Encarnación ¿no percibimos una sublime sabiduría en el diálogo que sostuvo? La veremos en presencia del ángel ella, tímida por castidad como obediente por humildad, tan discreta en sus preguntas como sabia en sus respuestas. Finalmente, no descubriremos sino las huellas de una sabiduría admirable y consumada en todas sus acciones y palabras. Ella cargó en sus brazos la sabiduría substancial, al Verbo Encarnado.

Causa nostrae laetitiae
Causa de nuestra alegría. Fue en nuestra Redención, en la que cooperó María, que la Iglesia sacó el motivo para saludarla como la verdadera causa de nuestra alegría. En efecto, considerando la naturaleza humana caída por el pecado del estado primitivo de su creación, y a todos los hombres sometidos a la esclavitud del demonio y de la muerte; luego viendo viéndola restablecida en sus derechos por la Encarnación de Jesucristo, y a los hombres de esclavos del demonio, convertidos en hijos de Dios, ¿no se reconoce que María (le quien nació el Mediador que reconcilió a los hombres con Dios) que María nos procuró el más grande honor, y que debe ser, por consecuencia, la causa de nuestra mayor alegría?.

Ejemplo
El año 1749, una mujer virtuosa fue condenada a muerte por la acusación de su marido, hecha sobre falsas conjeturas que la hicieron pasar por culpable de infidelidad, siendo ella inocente. Recurrió a la gran Consoladora de los afligidos; lloró a los pies de la Santísima Virgen, la invocó, le encomendó insistentemente su inocencia, su honor y su vida; y esta Madre de Gracia, que nadie invoca nunca en vano, la tomó tan bien bajo su protección, que el verdugo no llegó a quitarle la vida, La tomó por muerta, luego de realizar su trabajo, pero luego de retirarla del patíbulo, algunas horas después de la ejecución, para llevarla a enterrar, mientras era llevada a la Iglesia, no sólo dio signos de vida, sino que se levantó, se arrojo a los pies de una imagen de la Santísima Virgen, publico en voz alta que ella era su liberadora, y que se le había aparecido durante la ejecución, para aumentar sus esperanzas y quitarle sus temores. Todos aquellos que fueron testigos bendijeron a la Madre de misericordia y renovaron su confianza en su bondad.

En las aflicciones, recurramos a María, ellas nos consolará y pondrá en nuestro corazón la alegría cristiana.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

martes, 17 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (14)

Virgo fidelis
Virgen fiel. María, siempre fiel a la ley del Señor, lo fue también a los designios de la providencia. Dios le hizo saber, de un momento a otro, por su esposo José, que había que huir con el niño Jesús a Egipto. María no busca en lo absoluto comprender la voluntad del Señor, y sin razonar sobre los obstáculos que parecen presentarse en un viaje tan penoso, largo y peligroso, María obedece, parte, y la orden de Dios le sirve de razón. Instruida por las profecías acerca de los tormentos que Jesucristo, su Hijo debía soportar, tenía el alma triste, pero la sumisión estaba de acuerdo con la voluntad de Dios Altísimo. ¡Fidelidad preciosa de María! ¡Quien podrá admirarte suficientemente, cuando la condujiste al pie de la cruz y a recibir los últimos suspiros de su Hijo!

Speculum justitiae
Espejo de justicia. María es el espejo de las virtudes más perfectas, porque, destinada a la gloria de ser la Madre de Dios, cuya dignidad supera incomparablemente todas las grandezas humanas, y que es la más alta a la que puede ser elevada una criatura, debió ser enriquecida con las virtudes que convenían a esta sublime elevación, y si según Tomás de Villanueva, san Juan, sólo por causa de su calidad de precursor del Mesías fue santificado en el seno de su madre e hizo cosas tan extraordinaria, que entre todos los hijos de las mujeres, según el testimonio del Salvador, no hubo nadie más grande que Juan Bautista.¡Qué decir de la santidad de aquella que concibió y llevó en seno al autor de todas, la virtud de la santidad misma, en fin, el Verbo Eterno que es Dios!

Ejemplo
Un soldado, apellidado Beau-Séjour, rezaba todos los días siete Pater y siete Ave, en honor de las 7 alegrías y de los siete dolores de la Santísima Virgen. Nunca se olvido de satisfacer esta obligación, y si se acordaba, luego de haberse acostad, que no lo había hecho, se levantaba al instante y rezaba esta oración de rodillas. Un día de batalla, Beau Séjour se encontró en la primera línea de combate, en presencia del enemigo, esperando la señal de ataque, se acordó que no había dicho su oración acostumbrada; de inmediato comenzó a decirla haciendo la señal de la cruz. Sus compañeros, dándose cuenta, empezaron a burlarse y las burlas pasaron de boca en boca, pero Beau-Séjour, sin inquietarse, continuaba su oración. Una vez terminada ésta, los enemigos hicieron la primera descarga; y Beau Sejour, sin haber recibido no un solo disparo, quedó solo en la línea. Vio muertos, a sus lados, a todos aquellos que antes de reían de él y se burlaban de su devoción. No pudo dejar, estremecerse ante tal vista y, de reconocer  la mano de la poderosa Protectora que lo había. El resto de la batalla y aun de la campaña, que mató mucha gente, no recibió ni una sola herida. Habiendo recibido finalmente su baja, volvió a su casa y publicó por todos lados las alabanza de María, de quien se reconocía deudor de vida y salud (Récits d’histoires).

Seamos fieles a nuestros ejercicios de piedad hacia María y nos será fiel a la hora del peligro.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.

lunes, 16 de mayo de 2011

Explicación de las letanías (13)

Virgo potens
Virgen poderosa. María, que es la Reina de los ángeles y de los hombres, es la soberana de todas las criaturas, y reina al costado de Aquél que esta sentado por encima de los querubines, que mueve los cielos, que cambia los tiempos, que manda los vientos y a las tempestades, y que altera los elementos. Ahora bien, como todo es posible en el cielo y sobre la tierra al Amo de la naturaleza, toda la naturaleza debe obedecer, toda la naturaleza debe  obedecer a aquella a quien él mismo estuvo sometido. Por eso, los ángeles y los santos, que son testigos del gran poder de María, se apresuran a rendirle los homenajes y la obediencia que le deben.

Virgo clemens
Virgen clemente. Recurran, pobres pecadores, recurran a María, cuyo trono es accesible a los desventurados, y no duden de la buena voluntad y del poder de esta Madre de clemencia, que está siempre dispuesta a recibir y que Jesús no tiene nada que rehusar a aquella por cuya intercesión hizo su primer milagro y que Él destinó para ser abogada de los pecadores. Recurran a María, ustedes que son sus fieles servidores, recurran a ellas con confianza; que si los grandes pecadores encuentran en ella los auxilios que necesitan, ustedes no dejarán de recibir los favores que ella concede, particularmente a aquellos que la aman y que la sirven, imitando sus virtudes.

Ejemplo
Juan, Emperador de Oriente, dio una prueba sorprendente de la devoción que tenía a las imágenes de la madre de Dios. Los escitas habían irrumpido violentamente en la Tracia; concretando una usurpación digna de su mala fe, se convirtieron en los amos. El Emperador, en estas circunstancias que le hacía perder una bella provincia de su imperio, recurrió a la Reina del cielo; y por la intercesión visible que recibió su ejército, rechazó a los bárbaros y los puso en fuga. Entonces, lejos de ser ingrato hacia su libertadora, quiso cederle los honores de esta victoria. Hizo colocar su pintura sobre un carro de triunfo magníficamente tirado por cuatro caballos blancos, montados por los príncipes de su Imperio; y él, presidiendo todo su cortejo, iba a pie, con la cabeza descubierta, delante del carro de triunfo, con una cruz en la mano, otorgando a María toda la gloria. Honremos, a ejemplo de esos grandes personajes, en todas las formas que dependan de nosotros, a las imágenes de la Reina del cielo.

Pidamos a María proteger a la Iglesia y a las familias cristianas contra nuestros enemigos.

Traducido del francés, por José Gálvez Krüger para ACI Prensa.