Texto
del Evangelio (Mc 3,22-30): En aquel tiempo, los escribas que habían bajado de
Jerusalén decían: «Está poseído por Beelzebul» y «por el príncipe de los
demonios expulsa los demonios». Entonces Jesús, llamándoles junto a sí, les
decía en parábolas: «¿Cómo puede Satanás expulsar a Satanás? Si un reino está
dividido contra sí mismo, ese reino no puede subsistir. Si una casa está
dividida contra sí misma, esa casa no podrá subsistir. Y si Satanás se ha
alzado contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, pues ha llegado su
fin. Pero nadie puede entrar en la casa del fuerte y saquear su ajuar, si no
ata primero al fuerte; entonces podrá saquear su casa. Yo os aseguro que se
perdonará todo a los hijos de los hombres, los pecados y las blasfemias, por
muchas que éstas sean. Pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá
perdón nunca, antes bien, será reo de pecado eterno». Es que decían: «Está
poseído por un espíritu inmundo».
Comentario: Rev. D. Vicenç GUINOT i Gómez (Sitges, Barcelona,
España).
«El
que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tendrá perdón nunca»