6 de septiembre, 2013 (romereports.com) El Papa explicó durante su homilía en la Misa de Casa Santa Marta que la actitud de los cristianos debe ser siempre alegre y festiva. Francisco dijo que hay que confiar en la fuerza de Jesús que es el esposo de la Iglesia y pide a los cristianos que vivan siempre con la alegría que se vive en las bodas.
“Pero siempre tendremos la tentación de descartar esta novedad del Evangelio, este vino nuevo en actitudes viejas... Es el pecado, todos somos pecadores. Pero reconocerlo: 'Esto es un pecado'. No decir 'Esto no se aplica en este caso'. ¡No! Los odres viejos no pueden transportar el vino nuevo. Es la novedad del Evangelio. Jesús es el esposo, el marido que se casa con la Iglesia, el esposo que ama a la Iglesia, que da su vida por la Iglesia. ¡Y Jesús hace esta fiesta de bodas! Jesús nos pide a nosotros la alegría de la fiesta, la alegría de ser cristianos. Y nos pide también la totalidad: Él lo es todo. Y si tenemos alguna cosa que, que no sea de Él, arrepentirse, pedir perdón y seguir adelante”.
El Papa explicó que esa unión de Jesús con la Iglesia como esposos permite entender por qué siempre la Iglesia ha custodiado el matrimonio, como el “sacramento grande”.
Extracto de la homilía del Papa (Fuente: Radio Vaticana)
“El cristiano es fundamentalmente alegre. Y por eso al final del Evangelio, cuando llevan el vino, me recuerda a las bodas de Caná: es por eso por lo que Jesús hizo aquel milagro; por eso la Virgen María, se ha dado cuenta de que no quedaba vino, y si no hay vino no hay fiesta... imaginaos acabar aquella boda bebiendo te o zumo: no sirve... es fiesta y la Virgen María pide el milagro. Y así es la vida cristiana. La vida cristiana tiene esta actitud alegre, alegre de corazón”.
“Nosotros nos preguntamos: ¿Padre, cómo se explica? Han sido encontrados en los cruces de los caminos y se les pide que acudan con traje nupcial. Algo no va... ¿qué significa esto? ¡Es muy simple! Dios sólo nos pide una cosa para entrar en esta fiesta: la totalidad. El esposo es el más importante; ¡el esposo lo llena todo! Y esto nos lleva a la primera Lectura, que nos habla con tanta fuerza de la totalidad de Jesús, primogénito de toda la creación. Por Él fueron creadas todas las cosas, con Él y en Él han sido creadas. ¡Todo! ¡Él es el centro, de todo!”.
“Este es la segunda actitud del cristiano: reconocer a Jesús como el todo, el centro, la totalidad. Pero siempre tendremos la tentación de descartar esta novedad del Evangelio, este vino nuevo en actitudes viejas... es el pecado, todos somos pecadores. Pero reconocerlo: 'Esto es un pecado'. No decir esto no se aplica en este caso. ¡No! Los odres viejos no pueden transportar el vino nuevo. Es la novedad del Evangelio. Jesús es el esposo, el marido que se casa con la Iglesia, el esposo que ama a la Iglesia, que da su vida por la Iglesia. ¡Y Jesús hace esta fiesta de bodas! Jesús nos pide a nosotros la alegría de la fiesta, la alegría de ser cristianos. Y nos pide también la totalidad: es todo Él. Y si tenemos alguna cosa que, que no sea de Él, arrepentirse, pedir perdón y seguir adelante. Que el Señor nos conceda a todos la gracia de tener siempre esta alegría, como si fuésemos de boda. Y también tener esta fidelidad: que el único esposo es el Señor”.
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