Hoy recordamos a Cristo rezando toda una noche antes de
elegir —de entre sus fieles— a los doce Apóstoles. Ellos —que nunca dejan de
ser Pueblo de Dios— tendrán una "misión dentro de la misión" de la
Iglesia: alimentar, alentar y sostener la santidad de todos los fieles.
Dios llama a algunos para el "sacerdocio
ministerial": son los "fieles ordenados". Reciben, ciertamente,
un poder; pero éste es una "potestad sagrada" para administrar el Pan
y predicar la Palabra: un poder para servir. Forman la "Jerarquía",
algo que hoy día suena mal porque es visto con categorías mundanas. Pero en la
Iglesia el elemento jerárquico no es un "status" de privilegiados,
sino un "elemento funcional" cuyo destino radical es el servicio a
los hermanos. "Ministerio" significa exactamente servicio. El Papa,
justamente, tiene por título: "El siervo de los siervos de Dios".
—Jesús, te pedimos pastores con un corazón como el tuyo,
Tú que no viniste a ser servido sino a servir.
Fuente: master·evangeli.net
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