Día litúrgico: Martes IV de
Pascua
Texto del Evangelio (Jn 10,22-30): Se celebró por entonces en Jerusalén
la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el
pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas a
tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente». Jesús les
respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre
de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no
sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me
siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de
mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede
arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».
Comentario: Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España).
«Yo
y el Padre somos uno»