Día litúrgico: Jueves VIII del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mc 10,46-52): En aquel tiempo,
cuando Jesús salía de Jericó, acompañado de sus discípulos y de una gran
muchedumbre, el hijo de Timeo (Bartimeo), un mendigo ciego, estaba sentado
junto al camino. Al enterarse de que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar:
«¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Muchos le increpaban para que se
callara. Pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!».
Jesús se detuvo y dijo: «Llamadle». Llaman al ciego,
diciéndole: «¡Ánimo, levántate! Te llama». Y él, arrojando su manto, dio un
brinco y vino donde Jesús. Jesús, dirigiéndose a él, le dijo: «¿Qué quieres que
te haga?». El ciego le dijo: «Rabbuní, ¡que vea!». Jesús le dijo: «Vete, tu fe
te ha salvado». Y al instante, recobró la vista y le seguía por el camino.
Comentario: P. Ramón LOYOLA Paternina LC (Barcelona,
España).
«¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!»