Día litúrgico: Domingo IV (B) de Cuaresma
Texto del Evangelio (Jn 3,14-21): En aquel tiempo,
Jesús dijo a Nicodemo: «Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así
tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea tenga por
Él vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para
que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios
no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo
se salve por Él. El que cree en Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está
juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios.
»Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los
hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues
todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean
censuradas sus obras. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede
de manifiesto que sus obras están hechas según Dios».
Comentario: Rev. D. Joan Ant. MATEO i García
(La Fuliola, Lleida, España).
Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único