Texto
del Evangelio (Lc 1,57-66): Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y
tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran
misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a
circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su
madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar Juan». Le decían: «No hay
nadie en tu parentela que tenga ese nombre». Y preguntaban por señas a su padre
cómo quería que se le llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su
nombre». Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y
hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la
montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las
grababan en su corazón, diciendo: «Pues, ¿qué será este niño?». Porque, en
efecto, la mano del Señor estaba con él.
Comentario:
Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España).
«‘¿Qué
será este niño?’. Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él»