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sábado, 28 de enero de 2012

Evangelio de la Festividad de Santo Tomás de Aquino

Día litúrgico: 28 de Enero: Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia.

Texto del Evangelio (Mt 23,8-12): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Vosotros no os dejéis llamar "Rabbí", porque uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos. Ni llaméis a nadie "Padre" vuestro en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre: el del cielo. Ni tampoco os dejéis llamar "Directores", porque uno solo es vuestro Director: el Cristo. El mayor entre vosotros será vuestro servidor. Pues el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

Comentario: P. Pere SUÑER i Puig SJ (Barcelona, España).

«El que se humille, será ensalzado»

Hoy celebramos la memoria de santo Tomás de Aquino (1225-1274), miembro de la Orden de los Predicadores, sacerdote y Doctor de la Iglesia. Dedicó toda su vida al estudio y a la enseñanza de la teología católica. Y lo hizo consciente de que así prestaba un servicio a la fe, a la Iglesia y a la humanidad.

Un servicio a la fe: la teología no consiste en inventar la fe, ni tan sólo en interpretarla según el propio gusto. El teólogo parte de la fe de la Iglesia y se esfuerza por entenderla en su verdadero sentido, y, alcanzado éste, procura la conciliación con la ciencia y la cultura del tiempo, sin deformarla. Haciendo esto, el teólogo realiza un gran servicio a la humanidad, ya que le facilita un acceso maduro y provechoso a la palabra de Dios; mejor dicho, a la "Palabra de Dios", que es Jesucristo, salvación del hombre. Todo esto lo entendió perfectamente santo Tomás y lo practicó. Así, pues, le encajan muy bien las palabras que leemos en el Evangelio de su memoria: «Uno solo es vuestro Director: el Cristo» (Mt 23,10).

No le fue siempre fácil. Tuvo que luchar contra los que anteponían la filosofía griega -entonces era una novedad deslumbrante- a la fe. Él no sometió nunca la fe a Aristóteles, sino Aristóteles a la fe. Su obediencia a la Jerarquía fue rendida y heroica; le ofreció la vida, ya que murió yendo, enfermo, al Concilio II de Lyón, por orden del Papa.

Él también fue consciente de que con su trabajo teológico rendía un servicio no solamente a los sabios, sino también a los sencillos. En el prólogo de la famosa Suma Teológica escribe: «Mi propósito es tratar las cosas de la religión cristiana de manera adaptada a los principiantes».

El Evangelio de su día termina con estas palabras: «El que se humille, será ensalzado» (Mt 23,12). Pues bien, Tomás de Aquino se humilló sometiéndose a Dios, a la Iglesia y a las necesidades del hombre; merece, por tanto, ser enaltecido. Esto es lo que hacemos celebrando su fiesta.

Festividad de Santo Tomás de Aquino


Presbítero y Doctor de la Iglesia.

Martirologio Romano: Memoria de santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el Concilio Ecuménico II de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en el Lacio, el día siete de marzo, y muchos años después, en este día, sus restos fueron trasladados a Toulouse, en Francia (1274).

Fecha de canonización: 18 de julio de 1323 por el Papa Juan XXII.

Nació hacia el año 1225, de la familia de los condes de Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecassino, luego en Nápoles.

A los 18 años, contra la voluntad del padre y hasta perseguido por los hermanos que querían secuestrarlo, ingresó en la Orden de Predicadores, y completó su formación en Colonia donde tuvo por Maestro a San Alberto Magno, y después en París. Mientras estudiaba en esta ciudad se convirtió de estudiante en profesor de filosofía y teología. Después enseñó en Orvieto, Roma y Nápoles.

Suave y silencioso (en París lo apodaron "el buey mudo"), gordo, contemplativo y devoto, respetuoso de todos y por todos amado, Tomás era ante todo un intelectual. Continuamente dedicado a los estudios hasta el punto de perder fácilmente la noción del tiempo y del lugar: durante una travesía por el mar, ni siquiera se dio cuenta de la terrible borrasca y el fuerte movimiento de la nave por el choque de las olas, tan embebido estaba en la lectura. Pero no eran lecturas estériles ni fin en sí mismas. Su lema, "contemplata aliis tradere", o sea, hacer partícipes a los demás de lo que él reflexionaba, se convirtió en una mole de libros que es algo prodigioso, más si se tiene en cuenta que murió a los 48 años.

En efecto, murió en la madrugada del 7 de marzo de 1274, en el monasterio cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon, convocado por el B. Gregorio X. Su obra más famosa es la Summa theologiae, de estilo sencillo y preciso, de una claridad cristiana, con una capacidad extraordinaria de síntesis. Cuando Juan XXII lo canonizó, en 1323, y algunos objetaban que Tomás no había realizado grandes prodigios ni en vida ni después de muerto, el Papa contestó con una famosa frase: "Cuantas proposiciones teológicas escribió, tantos milagros realizó".

El primado de la inteligencia, la clave de toda la obra teológica y filosófica del Doctor Angélico (como se lo llamó después del siglo XV), no era un intelectualismo abstracto, fin en sí mismo. La inteligencia estaba condicionada por el amor y condicionaba al amor. "Luz intelectual llena de amor - amor de lo verdadero pleno de alegría" -cantó Dante, que tradujo en poesía el concepto tomístico de inteligencia - bienaventuranza.

El pensamiento de Santo Tomás ha sido durante siglos la base de los estudios filosóficos y teológicos de los seminaristas, y gracias a León XIII y a Jacques Maritain ha vuelto a florecer en nuestros tiempos. Y tal vez particularmente actuales, más que las grandes Summae, son precisamente los Opúsculos teológico-pastorales y los Opúsculos espirituales.

Consulta también Santo Tomás, Santo y sabio, o sabio y santo de Jesús Martí Ballester.