Texto
del Evangelio (Mc 7,14-23): En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y
les dijo: «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en
él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al
hombre. Quien tenga oídos para oír, que oiga».
Y
cuando, apartándose de la gente, entró en casa, sus discípulos le preguntaban
sobre la parábola. Él les dijo: «¿Así que también vosotros estáis sin
inteligencia? ¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no
puede contaminarle, pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a
parar al excusado?» —así declaraba puros todos los alimentos—. Y decía: «Lo que
sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Porque de dentro, del
corazón de los hombres, salen las intenciones malas: fornicaciones, robos,
asesinatos, adulterios, avaricias, maldades, fraude, libertinaje, envidia,
injuria, insolencia, insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y
contaminan al hombre».
Comentario: Rev. D. Norbert ESTARRIOL i Seseras (Lleida, España).
«Nada
hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle»