Cada
año todos los fieles que visiten una iglesia franciscana en cualquier lugar del
mundo desde el mediodía de hoy, 1 de agosto, y todo el 2 de agosto, podrán
obtener la llamada indulgencia plenaria de la Porciúncula.
Este
don requiere además las condiciones habituales de confesión sacramental,
comunión eucarística y la oración por las intenciones del Papa.
En
declaraciones para ACI Prensa, el Hno. Gonzalo Cateriano, exprovincial de los
Franciscanos Capuchinos en el Perú, resaltó el “gran deseo de San Francisco de
Asís de que todas las almas se salven” y que los fieles “con piedad y devoción”
reciban la indulgencia cumpliendo las disposiciones de la Iglesia.
Señaló
además que “antiguamente era muy difícil que la Iglesia conceda indulgencias”
ya que solo se obtenían en peregrinación a algunos lugares como Tierra Santa,
por tanto es un gran regalo que San Francisco obtuvo por su amor a las almas.