Texto del Evangelio (Mc 7,24-30): En aquel tiempo, Jesús partiendo de
allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo
supiese, pero no logró pasar inadvertido, sino que, en seguida, habiendo oído
hablar de Él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y
se postró a sus pies. Esta mujer era pagana, sirofenicia de nacimiento, y le
rogaba que expulsara de su hija al demonio. Él le decía: «Espera que primero se
sacien los hijos, pues no está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los
perritos». Pero ella le respondió: «Sí, Señor; que también los perritos comen
bajo la mesa migajas de los niños». Él, entonces, le dijo: «Por lo que has
dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija». Volvió a su casa y encontró que
la niña estaba echada en la cama y que el demonio se había ido.
Comentario: Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España).
«Vino
y se postró a sus pies (...) le rogaba que expulsara de su hija al demonio»