02-11-2013 Radio Vaticana
(RV).- (Escuchar audio) Nuevamente en el corazón y la oración del Obispo de Roma, las
víctimas de la tragedia de las migraciones. Unidos a los que nos precedieron y
están con Jesús, con el corazón anclado en la esperanza y la paz de Cristo.
Alentando a mirar el ocaso de la vida con esperanza, salvados por la sangre de
Cristo, que no desilusiona y nos conduce a Dios, belleza, bondad, verdad,
ternura y amor pleno, el Papa Francisco celebró la tarde del 1 de noviembre –solemnidad
de Todos los Santos– en el cementerio romano del Campo Verano la Santa Misa por
los difuntos, bendijo las tumbas y rezó también por los migrantes que
fallecieron en el desierto y en el mar.