Hoy, los discípulos, seducidos por la persona de Jesús
mientras oraba, le piden una instrucción sobre cómo orar: el
"Padrenuestro" es la respuesta a esta solicitud. Es una oración
concentrada en siete peticiones, llena de sentido teológico, en contraste con
la palabrería y verborrea de los paganos cuando oran.
Para Jesús, orar es hablar con el Padre, por el Espíritu
que le hace exclamar: “¡Papá!”, la palabra más tierna pronunciada por un hijo.
Las tres primeras peticiones se centran en Dios: su reino, su santidad, su
voluntad. Las otras cuatro miran al hombre y sus necesidades: pan, perdón,
fuerza contra la tentación y el Maligno. Nosotros, hijos en el Hijo, nos
centramos también en Dios expresándole confiadamente nuestras necesidades.
—¡Padre! ¡Qué hermoso es llamarte con este nombre,
teniendo un solo corazón (concordes), una sola alma (unánimes), y una sola voz
(al unísono) con tu Hijo amado, nuestro hermano Jesús!
Comentario: Fray Josep Mª MASSANA i Mola OFM
(Barcelona, España).
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