Es verdaderamente conmovedor
recordar cómo Jesús nunca pasó de largo ante un enfermo
(RV).-
En la audiencia general anterior a la celebración del Sagradísimo
Corazón de Jesús y del Sagrado Corazón de María, el Papa Francisco alentó
a los miles de peregrinos -que una semana más llegaron a la Plaza de San
Pedro, de tantas partes del mundo- a acompañar a los enfermos en sus
familias y a rezar por todas las personas que sufren. Tras dedicar su
catequesis central en italiano, resumida luego, como es tradicional, en otros
idiomas, a la difícil experiencia de la enfermedad en las familias, el
Obispo de Roma hizo hincapié en la tarea de la Iglesia -siguiendo a
Jesús- de ayudar a los enfermos:
«¡Ésta
es la gloria de Dios! ¡Ésta es la tarea de la Iglesia! ¡Ayudar a los enfermos,
sin perderse en palabrerías! ¡Ayudar siempre, consolar, aliviar, estar cerca de
los enfermos, ésta es la tarea!
«Queridos
hermanos y hermanas, ¡pidamos con fe viva al Espíritu Santo que nos
done la gracia de comprender el valor de acompañar a una persona enferma y
recordemos que la experiencia de la enfermedad y del dolor puede ser lugar
privilegiado de la transmisión de la gracia y fuente para adquirir y reforzar
la sapiencia del corazón!»
Con
su exhortación, el Santo Padre reiteró la importancia de la oración, de
la ayuda espiritual y material, en especial a los papás y mamás de los pequeños
enfermos:
«Hoy
les pido, en particular, que sostengan con la oración y con las obras concretas
de ayuda espiritual y material a las familias que deben afrontar la enfermedad
de una persona querida, sobre todo a los padres que luchan por la salud de sus
niños. Que estén siempre acompañados por nuestra cordial cercanía y
benevolencia, como signo de la bendición de Dios ¡Alabado sea Jesucristo!»
El
Papa Francisco saludó asimismo a un grupo de la ‘Fazenda de la Esperanca’, proveniente de Brasil, alentándolos a ser por doquier «testimonios
de esperanza y de caridad». Y los invitó a que, «si
algunas veces, la vida hace que se desencadenen turbulencias espirituales en el
alma, ¡vayan a buscar refugio bajo el manto de la Virgen Madre
de Dios, sólo allí encontrarán la paz!»
En
sus palabras dedicadas a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados,
destacó la proximidad de la celebración del Corazón Inmaculado de María: «Que
les haga comprender, queridos jóvenes, la importancia del amor puro. Que los
sostenga a ustedes, queridos enfermos, en los momentos de gran dificultad. Y
que sostenga también a ustedes, queridos recién casados, en su camino
conyugal».
(CdM
– RV)
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