Hoy el discurso de Jesucristo "rompe esquemas". Por el tono que emplea: habla con una autoridad moral propia sólo Dios. Y por la doctrina que enseña: Jesús manda a sus seguidores humanizar la convivencia social —a veces intolerante e individualista— con el perdón y la generosidad.
Sólo Alguien que sea Dios tiene derecho a enseñar y mandar
así las exigencias del amor. El perdón es una de las cualidades más finas del
amor. Jesús nos da un ejemplo maravilloso cuando, en la pasión, pide al Padre
que nos perdone. Cuando no perdonamos a alguien, le estamos manteniendo en
deuda con nosotros (lo "esclavizamos"); en cambio, si le perdonamos
lo liberamos.
—Señor-Dios, deseo que tus caminos de paz y fraternidad
surquen el mundo entero. Te pido que infundas el espíritu de perdón y de
generosidad entre los hombres. Mi Salvador, haz que yo sepa perdonar siempre,
porque en el cielo eterno no podría ser feliz manteniendo deudas y deudores.
Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España).
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