Hoy, mediante estas imágenes llenas de significado —la
"sal de la tierra" y la "luz del mundo"—, Jesús quiere
transmitir a sus discípulos el sentido de su misión y de su testimonio. La
"sal", en la cultura de Oriente Medio, evoca varios valores como la
alianza, la solidaridad, la vida y la sabiduría. La luz, por su parte, es la
primera obra de Dios creador y es fuente de la vida; la misma Palabra de Dios
es comparada con la luz.
La sabiduría sintetiza en sí los efectos benéficos de la
sal y de la luz: de hecho, los discípulos del Señor están llamados a dar nuevo
"sabor" al mundo, y a preservarlo de la corrupción, con la sabiduría
de Dios, que resplandece plenamente en el rostro del Hijo.
—Unidos a Él, los cristianos pueden difundir en medio de
las tinieblas de la indiferencia y del egoísmo la luz del amor de Dios,
verdadera sabiduría que da significado a la existencia y a la actuación de los
hombres.
Comentario: REDACCIÓN evangeli.net
(elaborado a partir de textos de Benedicto XVI) (Città del Vaticano, Vaticano).
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