Con una solemne adoración y gratitud a Cristo presente en
la Eucaristía, más de 80 mil fieles de toda la Arquidiócesis de Trujillo
participaron con devoción en la fiesta del Corpus Christi, realizado en la
Plaza de Armas de la ciudad, que estuvo presidida por el Arzobispo de Trujillo,
Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte OFM.
Sobre alfombras y elegantes arcos florales, el Santísimo
Sacramento realizó su peregrinación por el perímetro de la Plaza Mayor en medio
de cánticos festivos, himnos y oraciones. Previo a la procesión, el Arzobispo
presidió la Santa Misa sobre el estrado eucarístico, acompañado por el Obispo Castrense en el Perú, Monseñor Juan Carlos Vera Plasencia, así como por los
sacerdotes diocesanos y religiosos de la jurisdicción.
En su homilía, Monseñor Miguel Cabrejos recordó que “la
Eucaristía es también la presente cercanía de Dios con su pueblo que peregrina,
que camina en medio de la oscuridad de la historia, y es un resplandor de luz
hacia la esperanza que el dolor y la muerte serán expulsado de la historia”.
En otro momento refirió que la “Solemnidad del Cuerpo y de
la Sangre del Señor” nos invita a revivir con intensidad la “comunión
eucarística”. Debe ser una necesidad casi física, primordial, radical. Es por
eso que en los Salmos el deseo de la unión con Dios está representado con
imágenes de hambre y de sed”.
Finalmente, luego de impartir con la custodia la bendición
eucarística y presenciar un festival de fuegos artificiales, el Arzobispo
agradeció a la organización que preparó el evento con meses de anticipación, y
también agradeció la presencia de Monseñor Juan Carlos Vera y de los
sacerdotes, quienes juntos a los fieles, respondieron con fe, amor y devoción
al llamado del Santísimo Sacramento.
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