Lectura
del santo evangelio según san Lucas 12, 8-12
En aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Si uno se pone de mi parte ante los
hombres, también el Hijo del hombre se pondrá de su parte ante los ángeles de
Dios. Y si uno me reniega ante los hombres, lo renegarán a él ante los ángeles
de Dios. Al que hable contra el Hijo del hombre se le podrá perdonar, pero al
que blasfeme contra el Espíritu Santo no se le perdonará. Cuando os conduzcan a
la sinagoga, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de lo que
vais a decir, o de cómo os vais a defender. Porque el Espíritu Santo os
enseñará en aquel momento lo que tenéis que decir.»
Todo lo
ha puesto Dios bajo los pies de Cristo
Estamos
al comienzo de la carta a los Efesios. Pablo está contento de las noticias que
le llegan de los cristianos de Éfeso y les escribe para alentarlos a seguir en
el buen camino y también para prevenirlos de algunos peligros que los pueden
desviar.
San Pablo
sabe muy bien que todo nuestro buen hacer, no es obra nuestra sino que es Dios
quien nos mueve interiormente a hacerlo. Por eso comienza dando gracias a Dios
por la fe y caridad de los Efesios, y les recuerda que reza por ellos.
Pablo no
pide para ellos nada material, sino un espíritu de sabiduría y una revelación
para que conozcan plenamente a Dios Padre y su fuerza poderosa que se manifestó
en la Resurrección de Cristo. Eso es todo lo que necesitan para ser felices. Y
eso es lo único que necesitamos hoy nosotros para ser felices. ¿Nos lo creemos?
Hemos
sido llamados a una esperanza y tenemos por herencia una gloria, pero son
tantas las distracciones de este mundo que no disfrutamos de ello, y andamos
mendigando la felicidad a quien no nos la puede dar.
Dios es
nuestro Padre, nos ama y tiene poder para librarnos de todo mal. A este
conocimiento y convencimiento hemos de llegar para vivir la vida plena a la que
Él nos llama. Y sólo unidos a Cristo, que es nuestra cabeza, y a cuyos pies
Dios ha puesto todo, podremos alcanzarla.
El
Espíritu Santo os enseñará lo que debéis decir
Las
lecturas de este día nos están instruyendo sobre la importancia para nuestra
vida cristiana de la acción del Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima
Trinidad, y que es denominado como el gran desconocido.
Si en la
primera lectura Pablo pedía el Espíritu para los Efesios, a fin de que
conocieran a Dios y su acción poderosa, ahora es Jesús mismo quien dice a sus
apóstoles, que no teman cuando tengan que dar testimonio que el Espíritu pondrá
en sus bocas las palabras oportunas.
Queramos
o no queramos, muchas veces tenemos que dar testimonio de Jesús en nuestro
entorno. A veces callamos por vergüenza, por cobardía, por no quedar mal, por
comodidad… Jesús en estos versículos es claro, el que no se ponga de su parte
ante los hombres, que no cuente con Él ante los ángeles de Dios. Son palabras
fuertes, pero es que ser cristianos no es un juego.
Nunca es
fácil ir contracorriente, por eso Dios no nos deja solos y nos manda su
Espíritu para que nos fortalezca en nuestra tarea evangelizadora. A nosotros
sólo se no pide que creamos en su fuerza poderosa, que confiemos en Él. Él lo
hará todo.
¡Seamos
valientes!
MM. Dominicas
Monasterio de Sta. Ana (Murcia)
Monasterio de Sta. Ana (Murcia)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/20-10-2018/
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