Lectura
del santo evangelio según san Lucas 11,5-13
En aquel
tiempo, dijo Jesús a los discípulos: «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y
viene durante la medianoche para decirle: "Amigo, préstame tres panes,
pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle."
Y, desde dentro, el otro le responde: "No me molestes; la puerta está
cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para
dártelos." Si el otro
insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y
se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le
dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y
hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla,
y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide
pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le
pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis
dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo piden?»
Reflexión
del Evangelio de hoy
¿Quién os
ha embrujado?
Imposible
para San Pablo entender el comportamiento de los gálatas. No puede comprender
que se deje y se arrincone a Jesús por cualquier otra alternativa. Si Jesús nos
ofrece una luz como nadie la puede ofrecer para vencer nuestras tinieblas y así
poder caminar con sentido y esperanza… “Yo soy la luz del mundo, el que viene
detrás de mí no andará en tinieblas”. Si Jesús nos ofrece su amor, un amor que
nada ni nadie nos podrá arrebatar. Si Jesús nos ofrece su amistad para ir
siempre con nosotros en nuestro caminar y no dejarnos nunca solos, como nos lo
demuestra cada día en la eucaristía ofreciéndonos su persona, su cuerpo
entregado y su sangre derramada. Si Jesús nos promete que después de nuestra
muerte nos estará esperando para resucitarnos para toda una eternidad a la
plenitud de la vida y de la felicidad… “Venid benditos de mi Padre a disfrutar
del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”. No, San Pablo
no puede entender que los gálatas den la espalda a Jesús y se vayan por otros
caminos. “¡Insensatos gálatas. ¿Quién os ha embrujado? Y pensar que ante
vuestros ojos presentaron la figura de Jesucristo en la cruz¡”.
Pedid…
buscad… llamad
Jesús
para indicarnos cómo tenemos que presentarnos ante nuestro Dios a la hora de
nuestras peticiones nos habla del que se presenta ante un amigo en una hora
inoportuna e insistentemente le pide tres panes, que él no tiene, para
ofréceselo a un huésped que acaba de llegar sin avisar, y cómo al final, el
buen amigo, “le dará cuanto necesite”. Pues así hará nuestro Padre Dios con
nosotros.
Aunque
todos tenemos experiencia de que Dios suele restringir el campo de nuestras
peticiones. Como criterio general solo nos va a conceder aquello que le pedimos
y que esté en la línea de la voluntad de Dios y del seguimiento de su Hijo
Jesús. Dios no suele entrar en el campo de otras posibles peticiones nuestras:
que nos toque la lotería, que suba al poder el partido a quien he votado, que
gane la copa mi equipo favorito… Campo seguro de ser atendidos por Dios en
nuestras peticiones: la voluntad de Dios y el seguimiento de Cristo.
Pero
hemos de tener en cuenta que en este pasaje, Jesús nos invita que además del
verbo “pedir” conjuguemos los verbos “buscar” aquello que pedimos y “llamar” a
todas las puertas posibles, la de Dios y la de nuestros hermanos/as, para que
nos ayuden en el camino emprendido. “Pedid y se os dará, buscad y hallaréis,
llamad y se os abrirá”.
Fray Manuel Santos Sánchez
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
Convento de Santo Domingo (Oviedo)
https://www.dominicos.org/predicacion/evangelio-del-dia/hoy/
No hay comentarios:
Publicar un comentario