Últimamente nos hemos enterado de muchos
escándalos de abuso sexual de menores en familias, instituciones educativas y
lamentablemente también en las iglesias. Muchas veces los responsables en la
iglesia hemos callado para no hacer daño a la institución y no hemos ayudado a
las víctimas.
Como obispo y sacerdote siento vergüenza, que en
el mundo entero muchos de nosotros han abusado sexualmente de niños y jóvenes.
Esto no debe repetirse. Nuestras parroquias y escuelas parroquiales deben ser
lugares seguros para los niños, adolescentes y jóvenes. En este primer año que
estoy en Caravelí, todavía no he conocido ninguno de estos casos en esta
jurisdicción, pero más vale prevenir, que lamentar.
A todos los sacerdotes, profesores de religión y
profesores de los colegios parroquiales se les va a hacer firmar unas reglas de
conducta, para que no haya oportunidad ni sospechas en cuanto su
comportamiento.
Si algún sacerdote o religiosa, profesor de
religión o catequista en sus funciones haya abusado o acosado sexualmente a
un(a) menor de edad en nuestra Prelatura de Caravelí hay que tomar medidas,
para que sean sancionadas y no puedan seguir actuando así. Hay que evitar, que
haya más víctimas. Por eso invito a cada víctima (o sus Padres) de no callar sino de hablar sobre el
asunto. El Profesor Marlon Ampuero (Tel
998008154) va a escuchar estos casos y orientarles, como pueden dar
seguimiento a su caso. No importa, si el abuso haya pasado hace muchos años y
por vergüenza na hayan podido hablar sobre ello.
Que Dios nos ayude a parar la lacra del abuso
sexual en la iglesia y en el mundo. Que nuestras parroquias sean lugares
seguros para los niños.
Caravelí, octubre de 2018
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+Reinaldo
Nann, Obispo
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