Hoy, Jesús lamenta la incredulidad de los líderes del
pueblo judío: por sus prejuicios, no creyeron ni al Bautista ni al Señor.
Nuestro tiempo tampoco está libre de prejuicios mentales (que incapacitan para
la fe): hay personas incapaces de ver más allá de lo fáctico; sólo pueden seguir pensando en el plano de lo fáctico.
¡Sólo se ve lo palpable! Y desde el punto de vista metafísico, la persona se
vuelve más tonta.
Por este camino, la persona se incapacita para dar el
salto al misterio, ahogándose en lo meramente fáctico. Quien no consigue
percibir el misterio que impera en los hechos de la naturaleza o de la
historia, llena su cabeza y su corazón con un montón de cosas que acaso lo
incapaciten para la profundidad y la amplitud espiritual.
—Es incoherente afirmar: "Sólo es válido lo
fáctico" (lo palpable). Esta misma afirmación es de orden
"meta-físico" (es decir, más allá de lo físico, del
"factum"). ¡La sabiduría se acredita por sus "hijos", es
decir, por sus obras!
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