El jopo, planta parásita |
El cristianismo responde que el mal es consecuencia del
abuso de la libertad. El mal no es una criatura nueva, algo que exista en sí
mismo, sino que es —por naturaleza— "ausencia de bien", una corrosión
de la criatura. No es un ser (un "alguien"), sino una negación. El
mal es algo parecido a una planta parásita: vive de lo que arrebata a otros y,
al final, se mata a sí mismo igual que lo hace una planta parásita cuando se
apodera del hospedante y lo mata.
—Jesús, desde la Santa Cruz transformas el mal en bien.
Has desposeído al diablo de esa "arma" y con ella conquistamos la
eternidad…
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