5 de noviembre, 2013 (romereports.com) La guerra contra el narcotráfico aumenta en ciertas áreas de México y convierte la labor de los obispos en algo difícil de llevar a cabo. El último ejemplo es el de la diócesis de Apatzingán, en Michoacán, al sudoeste del país.
Su obispo, Miguel Patiño Velázquez, escribió una carta en la que denunciaba la violencia y el miedo que los cárteles de la droga habían traído al Estado, al que además calificó de “fallido”. También criticaba la corrupción del gobierno local.
Como resultado, el obispo se ha convertido en el objetivo de los Caballeros Templarios, el cártel más grande del Estado. La Policía Federal de México tuvo que escoltarle un refugio tras interceptar información sobre un inminente atentado al prelado.
La carta no sólo ha traído amenazas: también ha abierto un debate nacional sobre seguridad. Los obispos mexicanos apoyan a Monseñor Velázquez y también han pedido al gobierno que proteja a las personas.
RCA/PM
RR/Apatizingan Diocese
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