Hoy «tengo que alojarme en tu casa». Estas palabras son un
estímulo eficaz para acoger a Jesús resucitado, camino seguro para encontrar
plenitud de vida y felicidad. De hecho, la auténtica realización del hombre y
su verdadera alegría no se encuentran en el poder, en el éxito, en el dinero,
sino sólo en Dios.
Zaqueo lo tiene todo... Por esto su deseo de ver a Jesús
es sorprendente. ¿Qué lo impulsa a tratar de encontrarse con él? Se da cuenta
de que todo lo que posee no le basta; siente el deseo de ir más allá. Quiere
ver a este Jesús. Pero Zaqueo, aun siendo rico y poderoso, es bajo de estatura.
Por eso, corre, sube a un árbol. No le importa hacer el ridículo. Y Jesús
llega, alza la mirada hacia él y lo llama por su nombre. Nada es imposible para
Dios.
—De este encuentro surge una vida nueva para Zaqueo: ha
encontrado el verdadero tesoro, porque el Tesoro —que es Jesús— lo ha
encontrado a él.
Fuente: master·evangeli.net
No hay comentarios:
Publicar un comentario