jueves, 17 de enero de 2013

Jesús inaugura un nuevo modo de presencia de Dios en la historia



16-01-2013 Radio Vaticana

(RV).- En su catequesis de la audiencia general de esta mañana, celebrada en el Aula Pablo VI del Vaticano, ante la presencia de varios miles de fieles y peregrinos de numerosos países, el Papa comenzó recordando que el Concilio Vaticano II, en su Constitución dogmática sobre la divina Revelación, Dei Verbum, afirma que la íntima verdad de toda la Revelación de Dios resplandece para nosotros «en Cristo, que es al mismo tiempo el mediador y la plenitud de toda la Revelación » (n. 2).

También destacó que el Antiguo Testamento nos narra que Dios, después de la creación, a pesar del pecado original, de la arrogancia del hombre, de querer ocupar el lugar de su Creador, ofrece nuevamente la posibilidad de su amistad, sobre todo a través de la alianza con Abraham y el camino de un pequeño pueblo, el de Israel, que Él elige, no con criterios de de poder terreno, sino sencillamente por amor. Elección que permanece un misterio y que nos revela el estilo de Dios que llama a algunos, no para excluir a otros, sino para que sirvamos de puente para conducir a Él.

En su resumen de esta catequesis en nuestro idioma, el Papa dijo:


Queridos hermanos y hermanas:

La historia de la salvación es la historia de la relación de Dios que se revela al hombre progresivamente. Para esta obra, que inicia con la llamada de Abraham, se sirve de mediadores, como Moisés, los profetas y los jueces, que comunican al pueblo su voluntad, recuerdan la exigencia de fidelidad a la alianza y conservan la expectación plena y definitiva de las promesas divinas. Es un largo camino en el que el Señor se deja conocer, se revela a sí mismo, entra en la historia con hechos y palabras. Con la encarnación, el rostro de Dios se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es al mismo tiempo «mediador y plenitud de toda la Revelación». Jesús inaugura en la historia un nuevo modo de presencia de Dios, porque quien lo ha visto a Él ha visto al Padre; él es «el mediador» de la nueva y eterna alianza; en él encontramos a Dios, al que podemos invocar con el nombre de «Abba, Padre» y por el que nos viene dada la salvación. Si queremos ver el rostro de Dios, aquel rostro que da sentido, solidez y serenidad a nuestro camino, debemos seguir a Cristo.

Saludo a los fieles de lengua española provenientes de España y Latinoamérica. Invito a todos a escuchar la Palabra y a participar en la Eucaristía, en donde se manifiesta especialmente el rostro de Cristo. Así crecerá nuestro amor y podremos también reconocer al Señor en el que sufre y en el pobre. Muchas gracias.

Al saludar a los grupos de peregrinos presentes, como es costumbre, el Papa afirmó que reza por todas las personas de lengua árabe.

Al dar su bienvenida a los fieles polacos, Benedicto XVI recordó que hoy dirigimos nuestros pensamientos hacia Aquel que es mediador y plenitud de la Revelación divina. Porque en Jesús de Nazaret, Dios visita a su pueblo, envía a su Hijo Unigénito que se hace hombre. Y Jesús no sólo habla de Dios, sino que nos revela Su rostro. Por esta razón, fijando en él cada día nuestra mirada, caminamos hacia esta plenitud, en espera de que se cumpla el Reino de Dios.

En su cordial saludo a los peregrinos italianos, el Obispo de Roma se dirigió de modo particular a los fieles de la diócesis de Civita Castellana, acompañados por su Obispo, Mons. Romano Rossi. A estos queridos amigos, el Pontífice les deseó que el ejemplo de la Beata Cecilia Eusepi los ayude, y especialmente a los jóvenes, a perseverar en la generosa adhesión a Cristo y en el gozoso testimonio de su Evangelio. De la misma manera, el papa saludó a los estudiantes de Caserta, acompañados por su Obispo, Pietro Farina, a quienes les manifestó su deseo de que este encuentro refuerce en cada uno la fe y el empeño de la vida cristiana. Y saludó con afecto a los pequeños ingresados en el Instituto nacional de la investigación y cura de tumores de Milán, a quienes aseguró su oración, a fin de que el Señor sostenga a cada uno con su gracia.

Por último, el Santo Padre se dirigió a los jóvenes, enfermos y recién casados que participaron en esta audiencia. A todos ellos les recordó que mañana celebraremos la memoria litúrgica de San Antonio Abad, insigne padre del monaquismo, maestro espiritual y modelo sublime de la vida cristiana. Por esta razón formuló votos para que su ejemplo ayude a los queridos jóvenes a seguir a Cristo sin compromisos; sostenga a los queridos enfermos en los momentos de desconsuelo y de prueba; e impulse a los recién casados a no descuidar la oración en la vida de cada día.

Al final de su catequesis ante la inminente Semana de Oración por la unidad de los cristianos, el Papa invita a rezar con las siguientes palabras:

Pasado mañana, viernes 18 de enero, comienza la Semana de oración por la unidad de los cristianos, que este año tiene como tema: «Lo que el Señor exige de nosotros», inspirado en un pasaje del profeta Miqueas (Cfr. Mi 6, 6-8). Invito a todos a orar, pidiendo con insistencia a Dios el gran dono de la unidad entre todos los discípulos del Señor. Que la fuerza inagotable del Espíritu Santo nos impulse a un empeño sincero de búsqueda de la unidad, para que podamos profesar todos juntos que Jesús es el Salvador del mundo.
(María Fernanda Bernasconi – RV).

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