19-01-2013 L’Osservatore Romano
El cristiano que trabaja en los organismos de caridad debe
adherirse “al punto de vista de Dios”, a su proyecto sobre el hombre, sin
dejarse seducir por derivas negativas provocadas por ideologías manipuladoras
que tienden a afirmar “la absolutización del hombre”. Fueron palabras del Papa,
el 19 de enero, en la audiencia a los participantes de la asamblea plenaria
—dedicada al tema “Caridad, nueva ética y antropología cristiana”— del Consejo Pontificio Cor Unum.
Cuando el hombre no ha buscado tal proyecto —siguió el
Pontífice— se hace víctima de las culturas que han acabado por esclavizarle. Al
respecto evocó el período en el que dominaban “ideologías glorificadoras del
culto de la nación, de la raza, de la clase social”, reveladas después como
“auténticas idolatrías”. No muy diferente es lo que sucede en nuestros días a
causa de lo que el Papa no duda en definir “capitalismo salvaje” con su culto
al beneficio y las consiguientes crisis, desigualdades y miseria. “Por otro lado,
lamentablemente, también nuestro tiempo conoce sombras que oscurecen el
proyecto de Dios —observó—. Me refiero sobre todo a una trágica reducción
antropológica que vuelve a proponer el antiguo materialismo hedonista, al que
se añade sin embargo un 'prometeísmo tecnológico'. De la unión entre una visión
materialista del hombre y el gran desarrollo de la tecnología emerge una
antropología en su fondo atea”. Prescindiendo de Dios —añadió— se cae en la
perspectiva de un hombre privado de su alma, cada experimento resulta aceptable
y cada manipulación legitimada. Está claro que ante semejante reducción
antropológica le corresponde a cada cristiano, en particular a cuantos están
comprometidos en actividades caritativas, ejercer discernimiento y vigilancia,
y también “rechazar financiaciones y colaboraciones que directa o
indirectamente favorezcan acciones o proyectos en contraste con la antropología
cristiana”, subrayó, recordando que la Iglesia está siempre comprometida “en
promover al hombre según el proyecto de Dios” en su dignidad integral y en el
respeto de sus dimensiones “vertical y horizontal”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario