Hoy el Evangelio nos dice que Jesucristo, consagrado por
el Padre en el Espíritu Santo, es el verdadero y perenne protagonista de la
evangelización: "El Espíritu del Señor está sobre mí". Esta misión de
Cristo continúa en el espacio y en el tiempo, atraviesa los siglos y los
continentes. Es un movimiento que parte del Padre y, con la fuerza del
Espíritu, lleva la buena noticia a los pobres en sentido material y espiritual.
La Iglesia es el instrumento principal y necesario de esta
obra de Cristo, porque está unida a Él como el cuerpo a la cabeza. Dios por
medio de Jesucristo es el principal artífice de la evangelización del mundo.
—Pero Cristo mismo ha querido transmitir a la Iglesia su
misión, y lo ha hecho infundiendo el Espíritu Santo en los discípulos, aquel
mismo Espíritu que se posó sobre Él y permaneció en Él durante toda su vida
terrena, dándole la fuerza de "proclamar a los cautivos la libertad, y a
los ciegos la vista".
Fuente: master·evangeli.net
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