Rey de Castilla y León.
Era hijo del rey Alfonso IX y primo hermano del rey San
Luis de Francia. Fue un verdadero modelo de gobernante, de creyente, de padre,
esposo y amigo. Emprendió la construcción de la bellísima catedral de Burgos y
de varias catedrales más y fue el fundador de la famosa Universidad de
Salamanca. San Fernando protegió mucho a las comunidades religiosas y se
esforzó porque los soldados de su ejército recibieran educación en la fe.
Instauró el castellano como idioma oficial de la nación y se esmeró para que en
su corte se le diera importancia a la música y al buen hablar literario.
Sus enfrentamientos tuvieron por fin, liberar a España de
la esclavitud en la que la tenían los moros, y por ende liberar también a la
religión católica del dominio árabe.
Como todos los santos fue mortificado y penitente, y su
mayor penitencia consistió en tener que sufrir 24 años en guerra incesante por
defender la patria y la religión.
En sus cartas se declaraba: "Caballero de Jesucristo,
Siervo de la Virgen Santísima, y Alférez del Apóstol Santiago. El Papa Gregorio IX (Nono), lo llamó: "Atleta de Cristo", y el Pontífice Inocencio IV
le dio el título de "Campeón invicto de Jesucristo".
Propagaba por todas partes la devoción a la Santísima
Virgen y en las batallas llevaba siempre junto a él una imagen de Nuestra
Señora. Y le hacía construir capillas en acción de gracias, después de sus
inmensas victorias. Este gran guerrero logró libertar de la esclavitud de los
moros a Úbeda, Córdoba, Murcia, Jaén, Cádiz y Sevilla. Para agradecer a Dios
tan grandes victorias levantó la hermosa catedral de Burgos y convirtió en
templo católico la mezquita de los moros en Sevilla.
Fue canonizado en 1671 por el Papa Clemente X.
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