Para cumplir objetivos, independientemente de la
motivación original, es indispensable el esfuerzo personal, una vida marcada
por la disciplina. La mortificación, en sentido amplio, es esto: lucha a muerte
contra todo aquello que obstruye la obtención de un ideal, que impide la
consecución de una meta. Por esta razón, la mortificación es parte integrante
de la educación humana.
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