Hoy es notable en este fragmento del Evangelio de san Juan
la reiteración del verbo "decir": hasta diez veces, y su contraste
con la única vez en la que Jesús corona sus palabras mediante el imperativo:
¡Sígueme! Pero más notable todavía es la relación entre los verbos
"amar" y "apacentar".
El criterio de juicio que valora el grado de amor de Pedro
a Jesús es el nivel de amor del Apóstol a las ovejas del Señor: ¡si me amas
apaciéntalas! El amor se encarna en los hechos; una vez más la vertical que
asciende hasta el corazón de Dios hunde sus raíces en la tierra horizontal del
amor al prójimo.
—Señor, nos damos cuenta de que Tú has escondido tu
presencia más íntima en los hermanos más necesitados. ¡Así de alto es tu
profundo amor! ¡Danos el gozo de experimentarte en ellos haciéndonos partícipes
de tu entrañable solidaridad!
Comentario: Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret
(Vic, Barcelona, España).
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