viernes, 25 de mayo de 2012

Caridad: amar a Dios en los hermanos



Hoy es notable en este fragmento del Evangelio de san Juan la reiteración del verbo "decir": hasta diez veces, y su contraste con la única vez en la que Jesús corona sus palabras mediante el imperativo: ¡Sígueme! Pero más notable todavía es la relación entre los verbos "amar" y "apacentar".

El criterio de juicio que valora el grado de amor de Pedro a Jesús es el nivel de amor del Apóstol a las ovejas del Señor: ¡si me amas apaciéntalas! El amor se encarna en los hechos; una vez más la vertical que asciende hasta el corazón de Dios hunde sus raíces en la tierra horizontal del amor al prójimo.

—Señor, nos damos cuenta de que Tú has escondido tu presencia más íntima en los hermanos más necesitados. ¡Así de alto es tu profundo amor! ¡Danos el gozo de experimentarte en ellos haciéndonos partícipes de tu entrañable solidaridad!

Comentario: Rev. D. Antoni ORIOL i Tataret (Vic, Barcelona, España).

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