Hoy —en este breve texto de san Juan— Jesús aparece,
básicamente, como Maestro. Su preocupación máxima es "decirnos
cosas". Cosas que salvan y que, de diversos modos, fueron pre-dichas en el
Antiguo Testamento. Pero tiene que dosificar su transmisión porque "ahora
no podéis con ello". A veces no son verdades fácilmente digeribles. El
Espíritu de la verdad "os guiará hacia la verdad completa".
La acumulación de las "cosas" que nos dice Jesús
constituye el depósito de la fe. Creer es, primariamente, conocer. La Iglesia
nos invita a "razonar", a profundizar lo que nos "dice"
Jesucristo. Si no hay "razonamiento" que la profundice, si no hay una
buena información religiosa permanente, la fe se convierte en "discusiones
de café".
—No se me había ocurrido, Señor, que mi misa dominical es
escuchar cosas que Tú me "dices". ¿No sería hora, Señor, de colocar,
en un sitio de honor de mi casa el "Catecismo de la Iglesia Católica"? Para leerlo, claro. ¡Para estudiarlo!
Comentario: Rev. D. Àngel CALDAS i Bosch
(Salt, Girona, España).
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