Hoy, también se nos da mejor predecir el tiempo que
discernir lo justo. El auge del "positivismo jurídico" ("lo
justo es lo permitido por la ley"), ha marginado al clásico "Derecho
Natural" como una doctrina típica del catolicismo.
El "positivismo" considera la naturaleza como un
conjunto de datos objetivos, vinculados entre sí como causas y efectos. Desde
esta concepción puramente funcional (propia de las ciencias naturales), no se
puede establecer ningún puente entre la "naturaleza"
("ser") y la "ética" ("deber ser"); sólo pueden
derivarse explicaciones funcionales. Paralelamente, aquello que no es
verificable o falsable no entraría en el ámbito de la razón. Así, la moral y la
religión pasarían a lo "subjetivo" (fuera del ámbito de la estricta
razón), formando una "subcultura". Pero, ¿realmente el hombre es
reducible a funciones mecánicas?
—La razón positivista, que sólo percibe lo funcional, se
parece a los edificios de cemento armado sin ventanas, en los que logramos el clima
y la luz por nosotros mismos, sin querer recibir ambas cosas del gran mundo de
Dios.
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